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Año Internacional de la Astronomía: mirar el cielo

fabian | 03 Febrer, 2009 17:59

Año Internacional Astronomía

Año Internacional de la Astronomía. Habrá que mirar al cielo y ver las estrellas. No sé si es posible desde la ciudad. En caso de que lo fuera, ¿bastaría?, ¿sería una acción válida para celebrar este Año Internacional?. Creo que nuestra sociedad, los ciudadanos en general, hemos dejado de mirar las estrellas; quizás ya no sepamos leer nada en ese firmamento y sólo sepamos sentir ante él el horror al vacío y una cierta belleza y grandiosidad que nos abruma. Pienso que las sociedades anteriores a la nuestra, tan urbana, no miraban el estrellado sino que lo observaban, lo examinaban, lo escrutaban, lo leían y extraían algunas conclusiones. Quizás alguna relacionada con el tiempo atmosférico para saber si llovería o no en los días siguientes o para trazar el rumbo de su embarcación y orientarse. Quizás también escrutaban el cielo estrellado para saber algo sobre su destino.

Unicornio
Unicornio en
Celestial atlas (1826)

No sé, tal vez con las brújulas, los GPS, la luz eléctrica hemos dejado de observar y mirar el cielo estrellado y ya no dibujamos en él líneas, ni dibujos; tampoco ya tenemos alguna estrella preferida. Nuestro lenguaje ha mudado y hablamos de agujeros negos, quásares o materia oscura, pero ya no elevamos la mirada ni nos estremecemos ante la infinidad y las distancias siderales. Tal vez pensemos en un "big band" e imaginemos un puntito desde donde nació todo.

Sagitario
Sagitario, en el Globo de Mercator (Harvard Map Collection)

Nuestros antepasados pusieron nombres - la Cruz del Sur -, cruzaron líneas estelares y formaron figuras relacionadas con su tiempo. El cielo se pobló de seres fantasiosos: unicornio, sagitario, Andrómeda, escorpión, piscis ... Las estrellas les fueron útiles para orientarse y guiarse sobre mares y desiertos.

Yo no sé si ya hoy las estrellas no nos sirven para nada. Pero están ahí, lejanas, frías tal vez, posiblemente inhóspitas, inalcanzables todavía ... A lo mejor hay que cambiar y regresar al misterio que guardan y encierran; volver otra vez a dibujar líneas entre ellas y descubrir nuevas formas y darles nuevos nombres y volver, como hicieron los antiguos a mirarlas y observarlas y examinarlas y escrutarlas y volver a sentir escalofríos ante las distancias y las potencias y sentir de alguna manera que este universo en que estamos es grande y magnífico y que quizás las estrellas no sólo están ahí, sino que también, de alguna manera, nos llaman.

Los atlas del cielo
Una cita de Ralph Waldo Emerson

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