fabian | 27 Febrer, 2008 19:32
Posiblemente el Parc de la Mar o Parque del Mar fuera el primer parque de Palma. Se creó en 1984 tras diez años de controversias y luchas políticas en torno a él. Ocupa terrenos que fueron mar ya que éste llegaba hasta la muralla. Durante la primera mitad del siglo XX preocupaba en el urbanismo de la ciudad la conexión del puerto con la ciudad y la isla, especialmente con las estaciones del tren. Llegados los años sesenta y construído ya el Paseo Marítimo, tomó importancia ante la llegada del turismo el aeropuerto de Palma que se trasladó desde Son Bonet a su actual localización en Son Sant Joan, muy cerca del mar. Era precisa una vía que enlazara el aeropuerto con la ciudad y las localidades turísticas y se decidió contruir la autopista de Levante como prolongación del Paseo Marítimo hacia el aeropuerto, vía que se construía sobre el mar y por delante de la zona más turística de la ciudad. Entremedio, entre las murallas supervivientes de la ciudad y la autopista debía haber un lago donde la Catedral se reflejara, tal como había hecho hasta entonces sobre las olas del mar, y, rodeando el lago y prolongándolo hasta el final de las murallas, un parque: el Parque del Mar.
Mapa de situación
Parque del Mar desde el que el mar no es visible pues para defender al parque de la autopista, ésta se construyó un poco alzada y el parque ocupa una depresión, una plataforma más baja, con lo que, junto a un arbolado de copa baja, el ruido queda amortiguado de tal manera que, en el interior del parque, tampoco te das cuenta que estás junto a una autopista.
El parque, alargado siguiendo el pie de la muralla, tiene una extensión de 68.336 m2. He de decir que a quienes vivimos en zonas alejadas de la ciudad no nos es fácil llegar a él pues son pocos los autobuses urbanos que llegan a esta zona y recorrer el parque requiere tiempo al que hay que sumar el de los traslados hasta las paradas de los autobuses que están bastante alejadas de esta área turística. Así que he buscado una combinación de autobuses que me dejaran lo más cerca posible del extremo Este del parque y recorrerlo en la dirección del sol.
Entrada por el Baluarte del Príncipe
La muralla, con sus baluartes, condiciona la amplitud del parque y se puede considerar en él dos grandes áreas: la del lago, al Oeste, que llega hasta el baluarte de Berard donde hay una cierta estrangulación, y la existente entre los baluartes de Berard y del Príncipe, la parte Este del parque. Estas dos partes presentan características distintas. Las murallas y los edificios que a ella se asoman conforman un escenario magnífico a lo largo de todo el parque y, ellos también, dan lugar a dos partes algo distintas, la que ofrecen la Almudaina, la Catedral y el Palacio Episcopal, todos ellos sobre el lago y la que ofrecen otros edificios, interesante también, aunque no tan monumental y que, no exactamente, podría considerarse que son el fondo de la parte Este del parque.
Espacio circular cercano a la Puerta del Mar
En la zona del Baluarte del Príncipe, el parque tiene forma de punta de flecha. Un camino conduce entre dos parterres laterales con pinos hacia el lugar donde el camino se convierte en círculo rodeado de pinos y altos eucaliptus. A la derecha, la muralla abre la Puerta del Mar por donde entro para ver la Plaza Lorenzo Villalonga donde unos hermosísimos ombús, también llamados bellasombras o "pies de elefante" muestran sus amplias bases y sus troncos gruesos y retorcidos. Regreso al parque y es aquí donde ya muestra unos bancos blancos y metálicos.
Puerta del Mar y los "pies de elefante" de la plaza Lorenzo Villalonga
Me encuentro en la zona verde del parque. La vegetación, arbórea y arbustiva, bastante variada, rodea el camino. Los pinos me aíslan de la autopista. No hay caminos transversales pues el parque no es amplio en anchura. Tras un pequeño declive, el arbolado de la izquierda cambia mostrando los blancuzcos y estilizados troncos de unos chopos o polls actualmente sin hojas. El parque ya ha tomado una zona un poco más baja que la autopista y ya no es necesario el pinar que mitigara el ruido que no he llegado a oír a lo largo del camino.
Declive del terreno y grupo de chopos o álamos
Cerca de la muralla, he dejado la escultura Totem de Alfons Sard y también unas Chorisia speciosa, creo, que ya mostraban en sus ramas altas unas flores. Llego a la parte infantil del parque donde hay un alto castillo. Cerca unos sauces, desmai dejan caer sus lánguidas ramas.
La escultura "Totem" de Alfons Sard
El paisaje es variado y ameno. Hay un juego de vegetación cambiante y formas de un camino que se convierte en círculos bajo un escenario precioso de la muralla que muestra edificios y torres y campanarios. Tras el parque infantil, un medallón floreado y la esculturas de Josep Guinovart dan paso a una angostura pues el baluarte de Berard cierra esta zona verde del parque y abre otro panorama muy distinto en el que se encuentra el lago.
Conjunto escultórico de Josep Guinovart
A la izquierda unas escaleras conducen a la autopista y bajo ellas, aparecen las aguas del lago que se conecta con un mar nunca visible desde el parque. Pero esta zona del parque ya la contaré en un próximo artículo.
Continúa en: Un paseo por el Parc de la Mar (y 2)
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