fabian | 09 Gener, 2007 19:48
En la exposición nos explicaron que estas jarras eran muy comunes, pero que fueron rompiéndose todas y en la actualidad sólo quedaban dos; que están realizadas con arcilla de Felanitx y están decoradas al modo como allí lo hacían; que eran dos jarras "supervivientes" tras más de doscientos años de uso, pero que en su tiempo no tenían ningún valor especial ya que eran de uso común y se encontraban en las casas de la gente pobre y normal. Pero se dejaron de hacer y actualmente sólo quedan dos ...
Yo pensé que a los ochenta eres un viejete que cuenta sus batallas que a nadie interesan y que nadie escucha. Pero si llegas a los cien años, incluso te entrevistan. Algo semejante a las jarras supervivientes.
De la exposición La artesanía en el convento
La historia no es el pasado, como tampoco la Física es la materia o la Biología es la vida. La Historia es el estudio y la explicación del pasado. Es decir, la interpretación racional y científica de los restos - a veces sólo rastros - de un pasado que, pretérito o no, debe servirse a la ciudadanía con el objetivo de su comprensión en el presente.
[...]
Los intrusismos históricos eligen siempre el ámbito de la interpretación - nunca el de la teoría o el método - y tienen como objetivo dirigir la valoración última del ciudadano a propósito de acontecimientos y progresos (por ejemplo, la guerra civil, el progreso económico o el papel de los partidos políticos). La ciencia histórica no tiene ese objetivo primordial, sino más bien el de sentar las bases racionales para que el ciudadano maduro y educado actúe de forma responsable con el conocimiento histórico del que dispone [...]
A partir de estas ideas el lector intuirá que para conocer la historia, como ya se recomendaba en la Grecia clásica, hay que conocer al historiador. [...]
Miquel A. Marín Gelabert: Perspectivas historiográficas en "Historia de las islas Baleares, tomo 14 Ed. El Mundo / El Día de Baleares
Leí estas palabras hace unas semanas y la idea de que la historia es la interpretación de los restos del pasado se me quedó en la memoria. Yo soy muy escéptico y partidista ante las interpretaciones históricas del siglo XX, y algo menos en las del siglo XIX. Pero me refiero a la historia que implique la política; porque me encantan las pequeñas historias de los objetos o de los edificios o de las artes e incluso de las ideas o de las ciencias. Y también me interesan las visiones personales y apasionadas de quienes han vivido un período histórico. Pese a ello, estoy completamente de acuerrdo con el historiador, de que para conocer la historia, e incluso cualquier historieta o narración, conviene conocer un poco la ideología del historiador o del narrador.
La Historia intenta explicar el pasado. Yo temo que cualquier pasado, como el presente, sea imposible de explicar en su complejidad, que sólo pueden ser posibles acercamientos que nunca pueden llegar a explicar lo que realmente ocurrió. Así, en este sentido, la Historia sería un conocimiento imposible. La distancia en el tiempo elimina detalles y simplifica los acontecimientos hasta dejarlos en una especie de historieta que ya poca importancia tiene; mientras que la cercanía no los elimina y suenan aún vívidas las maneras o formas como se vivieron. Porque posiblemente una cuestión fuera lo ocurrido y otra las formas como se interpretaron en su tiempo. Y lo que se vivió no fue tanto lo ocurrido sino las interpretaciones.
Y restos dejan tanto los acontecimientos como sus interpretaciones.
fabian | 09 Gener, 2007 07:01
Fuente: BOIB núm. 14 / 2006
Fecha publicación: 31 / 01 / 2006
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