fabian | 29 Agost, 2010 20:29
El sonido del motor señala su presencia: vuelo plano, ondulación en busca de un pasillo marítimo por el que bajar altura e introducir su panza bajo la superficie marina y luego elevarse y poner rumbo hacia el fuego. La tarde, neblinosa, era plácida. Su ronroneo hizo levantar las miradas y buscar inutilmente entre las brumas la humareda del fuego, no visible desde la distancia. ¿Dónde? No se sabe, pero no muy lejos. Sólo la dirección de donde viene ofrece un indicativo excesivamente impreciso. Silencio en la playa, quizás se piensa en los bomberos que estarán con su esfuerzo luchando contra el fuego. Los minutos transcurren lentos y de nuevo se oye el motor y en segundos un nuevo giro, baja hacia el mar y se pierde en la lejanía. ¿Cuántas vueltas ha dado ya?, ¿cuántas idas y venidas? A media tarde, pasa por encima de la playa, ya no ha girado para recargar su panza y vuela ya hacia el regreso a su aeropuerto. Sabemos, con ello, que su misión ha terminado; que el fuego probablemente ya esté controlado y la mirada, agradecida, persigue su silueta hasta que se pierde de vista.
¿Por qué, siempre en verano, hay alguna tarde o mañana en que estos aviones se ven forzados a realizar su tarea? No lo sé. El mundo es como es y no como nos gustaría.
Dos mundos contradictorios: el perezoso de la playa y el esforzado en la lucha contra el fuego. Mundos opuestos y ambos reales, presentes los dos en el aquí y en el ahora.
« | Març 2024 | » | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Dl | Dm | Dc | Dj | Dv | Ds | Dg |
1 | 2 | 3 | ||||
4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 |
11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 |
18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 |
25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 |