fabian | 05 Setembre, 2007 19:57
Subo hoy una nueva fotografía de un ángel de piedra de la ciudad. Aumento así la colección de ángeles que voy encontrando en los muros o en torres o en algún lugar de Palma. Todos ellos, salvo el ángel de la "Virgen de la rana" de la Lonja o el ángel de la Mercadería, ya en la Lonja o en el Consolat de la Mar o el ángel de la Almudaina, todos menos estos tres, totalmente indocumentados. Quizás un día pueda saber algo más de ellos y lo expondría en esta bitácora (o en otra puesto que ésta empieza a estar muy cargada y ya es difícil localizar la información pues el buscador ya me presenta demasiadas páginas al buscar un tema).
El ángel del Temple
Y aquí es donde pensaba centrar la reflexión de hoy. Una pregunta recurrente, diaria, es "¿qué hago yo con esta bitácora?, ¿para qué la hago servir?"
Es una bitácora no temática, de tipo personal. En las bitácoras son posibles todo tipo de artículos y se puede hacer servir con múltiples intenciones; la cuestión está en que cada persona encuentre los usos y finalidades que mejor le vayan. Y a veces no es fácil y en muchas ocasiones lleva consigo procesos de búsqueda y acoplamiento. Las bitácoras en sí no son más que una herramienta, pero compleja y poderosa y, por ello, puede llegar a ser peligrosa.
Posiblemente, el tema más complejo y delicado es responderse uno a sí mismo: "Una bitácora, ¿para qué?".
Hay casos que parecen más sencillos: el político, el predicador, el vendedor ... Aún así, puede presentar dificultades en caso de utilizar una sola bitácora pues todos necesitamos recoger información, ya de artículos periodísticos, ya de citas, etc. Podría dedicarse una bitácora exclusivamente para este fin: recogida de información. Las bitácoras con esta finalidad son muy útiles pues permiten clasificar los artículos y localizarlos fácilmente con el buscador, así como relacionarlos mediante enlaces. Hay muchas organizaciones que dedican una bitácora para este fin y a mí me va muy bien encontrar esas bitácoras que coinciden con mis inquietudes. Parte de esta bitácora contiene artículos o escritos recogidos de diversas procedencias.
Otra función de las bitácoras puede ser reescribir temas leídos. Yo no creo que quien escribe sobre un tema, la botánica o los mapas, por ejemplo, haya de ser un especialista. No. Pero sí ha de haber buscado y recogido información. Aquí ya no se trata de recoger información sino de reescribirla, expresarla de manera personal, lo cual puede aportar un valor a la propia información especialmente cuando se ha recogido desde diversos sitios. Además esta función adquiere numerosas y quizás valiosas posibilidades, ya sea porque sintetiza en pocos párrafos informaciones largas (resumen), ya porque explaya otros; ya porque utiliza un léxico diferente o porque define el vocabulario temático básico.
En este punto: reescribir temas leídos, pueden jugar un papel importante las imágenes, especialmente si son dibujos o fotografías propias o recogidas de libros y que aún no se hallan en Internet.
La puerta donde se halla el ángel del Temple
Realmente es difícil escribir partiendo desde la nada. Quien ha estudiado quizá no recuerde la fuente donde ha aprendido una noción, pero realmente una aportación nueva surge de una síntesis de varias fuentes. Pero en una bitácora no importa llegar a tanto. Expresarse de una manera propia es lo importante.
Otra función, en cierta manera relacionada con la primera, es el coleccionismo: la recogida y reunión que estaban sueltos, disgregados. Ayer pensaba que en Palma, probablemente en todas las ciudades y poblaciones, hay muchos escudos. Coleccionar fotografías de escudos, o de ángeles, o de relojes de sol, o de vírgenes, o de gigantes, etc. es muy interesante y valioso. Quien colecciona se lo pasa bien y repasa su colección.
Si, además, puede documentar cada elemento de su colección, mejor. En esta bitácora he hecho varias colecciones, ya las esculturas de Palma, ya los gigantes de las islas, ya estos ángeles o rosetones o torres o vírgenes o esculturas o mapas, planos. Ayer me encontré con este ángel que desconocía (había pasado varias veces por el lugar y nunca me había fijado: aprender a mirar, dirigir la atención, convertir los estímulos en señales (¿no es esto la motivación?). Las colecciones son el origen de la ilustración.
Las colecciones y su documentación son cuestión de paciencia; de ir buscando ... ¿Y qué mejor que una bitácora para ir anotando los hallazgos?
Pero mi idea inicial de hoy era distinguir entre artículos de carácter personal y de carácter más expositivo. En esta bitácora conjugo ambos, pero soy más propenso a los de carácter más impersonal, más expositivo. La gente busca información, no opinión; pero esto tampoco tiene excesiva importancia pues lo importante es que cada persona vaya buscando respuestas a la pregunta "¿Para qué una bitácora?". Y las respuestas son múltiples y variadas. Además, como encontrar respuestas es un proceso largo, probablemente inacabable, una bitácora va modificando sus funciones y finalidades y nunca hay un número de respuestas fijo.
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