fabian | 04 Maig, 2007 17:04
Cuando leía, sus ojos corrían a lo largo de la página y su mente percibía el sentido, mas la lengua y la voz se quedaban inmóviles. A menudo, hallándonos allí - cualquiera podía entrar, pues no se solía anunciar la llegada de un visitante - lo observábamos mientras leía, en silencio, nunca de otra forma, y, tras quedarnos sentados - ¿quién se atrevería a turbar una concentración tan intensa? -, íbamos conjeturando que, en ese rato de tiempo en el que conseguía dedicarse a relajar su mente, libre por fin del ruido de los problemas ajenos, no querría ser distraído ni explicar a un oyente atento e interesado ningún pasaje oscuro del texto que estaba leyendo, ni discutir sobre una cuestión particularmente difícil, acabando por perder, de tal modo, una parte del tiempo destinado a la lectura, a pesar de que resultara mucho más probable que hubiese empleado este tipo de lectura silenciosa para ahorrar la voz, que se le debilitaba con gran facilidad. No importaba la razón por la que lo hiciera: para un hombre así, no podía ser sino buena.
San Agustín: Confessiones VI, 3, 3
Estas palabras de San Agustín (354 - 430) se refieren a la estupefacción que le produce descubrir, en Milán, al obispo Ambrosio (340 - 397) realizar la lectura sin hacerla en voz alta, tal como era costumbre.
Me llama la atención que quien relata este hecho era también un hombre que había leído y leía mucho.
Fragmento de "El triunfo de la Religión en las Artes" de Johann Friedrich Overbeck (1789 - 1869)
El fragmento me interesó y he decidido guardarlo en esta bitácora, aunque Juan Manuel de Prada ya lo publicó en La lectura silenciosa (Es una de las conquistas más costosas y perdurables de la humanidad).
Julio Oscanoa | 12/05/2007, 22:48
Una observacion si me lo permiten, la lectura tiene por fin el rescatar el contenido escencial de lo escito como hacerse esto sin antes no poseer una eufonia y ritmo hechos internamente en la mente lectora, dicho esto con el afan de establecer un orden en el proceso de aprendizaje para lograr leer silenciosamente.
Fabián | 13/05/2007, 20:05
Octavio y Julio:
Vuestras aportaciones son muy positivas e invitan a plantearse qué significado tiene la expresión "lectura silenciosa".
Cuando leo, generalmente sin pronunciar exteriormente los sonidos, creo que mentalmente sigo el ritmo y la eufonía de lo que leo. Me refiero siempre a una lectura normal sin "skimming". Aunque la expresión "seguir el ritmo y la eufonía" no sea muy precisa y debiera decir que los represento de alguna manera ya que la velocidad cambia.
Otro aspecto interesante es el grado de atención que requieren, ya que en la lectura oral también estás pendiente no sólo de la entonación y claridad sino también del público.
Creo que en épocas antiguas las palabras no se separaban; también había lenguas en que las vocales no se represetaban; no había signos de puntuación escritos; etc. Lo cual presenta dificultades lectoras a las que actualmente no estamos habituados. Y creo que, además del hebreo antiguo también ocurría en el griego común de los primeros textos cristianos y en el Latín inicial, aunque ya existieran las vocales, no estoy seguro de que existieran signos de puntuación.
En fin, es un tema complejo que, posiblemente también esté relacionado con la lengua del texto.
andres | 20/10/2007, 20:35
es muy aburrida buuuu n me gusta la lectura es una .....puta
jasmin huaman | 04/05/2010, 21:50
"es un apariencia sencilla engatusadora esto me ha pasado ami las venas se revientan se instruyen y enloquecen la mentalidad"
angelñ | 28/02/2013, 20:57
lalectura nos sirbe para desarroyar el lenguaje
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Re: La lectura silenciosa
octavio | 09/05/2007, 06:30
Y Borges tiene algo escrito sobre el efecto en la poesía de este "nuevo" hábito de leer en silencio. La eufonía y el ritmo dejaron de ser lo primero