fabian | 14 Juny, 2012 09:59
Quinto Horacio Flaco (65 - 8 a.C.) fue un gran poeta lírico en lengua latina.Costa y Llobera escribió un poema titulado "Oda a Horaci" y un poemario titulado "Horacianes". No he encontrado ninguna de estas obras en Internet.
Hablar de una obra literaria a la que no se puede acceder de inmediato es normal cuando esa obra está sujeta a intereses comerciales; pero en mi parecer, debiera considerarse anormal cuando ya es de Dominio Público y se está en un medio que posibilita el alcance inmediato. Así que siento la frustración de citar una obra cuyo acceso no está al alcance.
Horacio trata temas como el elogio a una vida retirada (beatus ille), el gozo de la juventud y del vivir el momento con plenitud (carpe diem), temas que retomaron poetas posteriores.
Cuantos hemos tenido, por inclinación propia, aficiones al mundo clásico, griego y latino, sentimos cspecial admiración por Horacio, por su múltiple y variada obra, por su vida sencilla y dulce, por sus consejos a la corrompida sociedad romana y sus estimables servicios a la amistad.
Cuando, llevados por igual afición, penetramos en la vida y obras de Costa y Llobera observamos un paralelismo entre ambos poetas, en su vida y en sus obras, pese a haber transcurrido casi dos milenios de uno a otro.
En los primeros años de mi juventud, antes de iniciar mis estudios universitarios, tuve ocasión de coincidir con Don Miguel Costa en casa de sus familiares. Confieso que su manera de ser, de hahlar, su porte, su vensrable figura calaron en mí una simpatía hacia su persona que ha perdurado hasta hoy. En la Universidad de Barcelona fue mi Profesor D. Antonio Rubió y Lluch. ya septuagenario, que aprovechaba siempre todas las oportunidades para hablarme de su gran amigo Costa y Llobera, fallecido unos años antes. Terminada la licenciatura inicié este breve comentario sobre el paralelismo de Horacio y Costa, que, relegado por otros quehaceres, no he terminado hasta ahora con ocasión del cincuentenario de la muerte de nuestro vate en prueba de mi sincero afecto. Mi propósito es, pues, exponer las observaciones sobre este paralelismo a través de los datos que de sus vidas nos han llegado, y especialmente cuanto ellos mismos en sus obras nos muestran.
Bernardo Suau Caldés: En el cincuentenario de la muerte de Costa y Llobera (en Mayurqa, 1972, vol. 8)
Y el delicioso texto de Bernardo Suau nos va mostrando el amor al campo de ambos poetas, sus cantos a la belleza de la naturaleza; las "dos épocas" en la vida de ambos, una en la ciudad y otra en poblaciones pequeñas; la moderación como forma de vida; la calma del espíritu; el acercamiento tanto al mundo literario de sus tiempos de vida como al mundo clásico - Horacio introduce en Roma la métrica griega y Costa la introduce en Mallorca -; la moral epicúrea de Horacio y la moral cristiana de Costa.
Desde muy joven, ya en el primer poema dedicado a Horacio (1879), Costa pide tolerancia por su atrevimiento a introducir la métrica latina que él, Horacio, trajo de Grecia:
Princep afable de la docta lira,
mestre i custodi de la forma bella,
tu qui cenyires de llorer i murta
doble corona,
ara tolera que una má atrevida
passi a mon poble la que amb tal fortuna
tu transportares al solar de Roma
cítara grega.
Aspra i ferrenya sonará en ses cordes
fines la llengua de ma pátria dura;
mes, també noble hi sonará: ma pátria
filla és de Roma.
(¡Qué lástima que aquí no pueda poner el enlace a estos poemas horacianos de Costa y Llobera! Algún día, la obra de Dominio Público estará al alcance de todos)
Durante los cinco años vividos en Roma (1885 - 90) con motivo de su preparación sacerdotal, se colma Costa de Clasicismo. y corrrepondió a la satisfacción recibida cantando los lugares predilectos de Horacio y los restos evocadores de la cultura romana. Sus mejores composiciones que figuran en la edición de Líricas, colección de poesías en castellano (1898), se refieren a esta época: Ruinas, En las catacumbas, Adiós a Italia. “Distinto ambiente y predilecciones estéticas nuevas marcan una ruta de superación y plenitud” M. Batllori).
Costa al enviar a Rubió y Lluch la Oda a Horaci le anticipa su propósito de publicar “una coleccioncita de lírica imitada y traducida del latín”. Ya le hace observar su cuidado de que los sáficos sean verdaderamente tales, acentuando las sílabas primera, cuarta y octava, de manera que las cinco primeras sílabas de cada sáfico formen un adónico perfecto. Sin duda conoce Costa la “Odi barbare” de Carducci recién publicadas, y como él habrá observado que en el empleo de los pies latinos (sílabas breves y largas) coincide el acento tónico de determinadas sílabas de cada verso con el de una palabra, por lo que la armonía puede buscarse en la distribución de estos acentos tal como hace la poesía neolatina.
Bernardo Suau Caldés: En el cincuentenario de la muerte de Costa y Llobera (en Mayurqa, 1972, vol. 8)
Bueno. La poesía permite distintos niveles de acercamiento. El primero es leerla (u escucharla) interesándose por su contenido y belleza; ya posteriomente llegarán otros acercamientos interesándose por sus propiedades formales, como la métrica, rima, acentos, estrofas, etc. El hecho es que en este último fragmento he podido enlazar con los poemas que se citan, los cual debiera ser habitual cuando se trata de obras de Dominio Público.
Bernardo Suau cita a Giosuè Carducci (1835 - 1907), Premio Nobel de Literatura del año 1906, "primer poeta que adaptó con éxito los metros clásicos latinos a la poesía italiana moderna", pero contrario al papado, a la iglesia, a la monarquía y al sentimentalismo. Fue Estelrich quien le dió a Costa un libro de poemas de Carducci, y a éste le sedujo la forma de los versos, no así su contenido antirreligioso. Las formas clásicas, tan apreciadas por Costa, aparecían novedosas en los versos carduccianos. La historia la cuenta Assumpta Camps en La recepción literaria como instrumentalización. El caso de Giosuè Carducci en Cataluña, artículo interesante del que sólo copiaré el Resumen:
RESUMEN: En este ensayo nos proponemos estudiar la recepción literaria de G. Carducci en Cataluña, en ocasión del centenario de su muerte. Partiendo de la convicción que toda recepción conlleva, en mayor o menor grado, la instrumentalización de un autor y su obra en el contexto de acogida, analizaremos las alusiones al escritor italiano que aparecen en dos autores que entre el siglo XIX y el XX se refieren frecuentemente a él en ámbito catalán: Diego Ruiz Rodríguez y Miquel Costa i Llobera. De la comparación entre ambos se podrá apreciar la diferente significación que adquiere Carducci entre nosotros en esos años, y la imagen que se construye de él por entonces.
Tras analizar la influencia de Carducci en Diego Ruiz, sobrino de Picasso, Assumpta Camps analiza la obra de Costa y parte de una carta que éste envía a su amigo Rubió en marzo de 1879. Con ella finalizaré este ya largo artículo sobre el clasicismo del poeta mallorquín.
Últimament he llegit un llibre italià que m’ha produït gran efecte, les Odi barbare del novíssim poeta Carducci, notabilíssimes com a execució poètica, si bé detestables per son esperit filosòficament pagà i contrari al cristianisme. La bellesa d’aquestes poesies és tanta que, a pesar del paganisme que respiren, un no pot menys d’admirar-les i aprendre-les de memòria, com s’admiren i s’aprenen les obres dels antics. Jo no he vist mai en la vida cosa més clàssica i al mateix temps més inspirada. Carducci ha restaurat els metres d’Horaci amb mà de mestre (...) L’exemple m’ha induït a escriure una poesia en estrofes sense rima, com les de Cabanyes: és possible que no agradi ningú.
El poema es la Oda a Horaci.
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