fabian | 25 Abril, 2011 16:30
Retornos, regresos, vueltas ..., ¿qué palabra será la adecuada? Tras unos pocos días sin ordenador, con la vuelta a casa lo enciendo. Las primeras rutinas en revisar el correo y el el agregador de la blogosfera. Cientos de correos y cientos de entradas. Una mirada rápida y una eliminación masiva que sólo salva alguna novedad editorial. Luego la paralización, ¿qué hacer?, ¿de qué hablar?, ¿Cómo recomenzar?
Hace ya bastantes años, un buen profesor y magnífica persona me dejó un pequeño y ya ajado libro de ciencia ficción. Me resultó muy interesante. En estos meses que llevamos del año, en una de esas listas de libros pirata lo reencontré. Editado por Bruguera hacia finales de los años 50, "Cántico a San Leibowitz" fue la única novela escrita por Walter M. Miller Jr.. La obra tiene tres partes, en la primera nos sitúa en un gran desierto de Norteamérica seiscientos años después de una gran catástrofe nuclear. En esa gran inmensidad, un pequeño monasterio de pocos monjes de la Orden Leibowitziana, intentan resguardar la "Memorabilia", algunos pocos documentos salvados del gran desastre nuclear y de la "Era de la Simplificación" en la que los pocos supervivientes de la catástrofe persiguieron y mataron a los que consideraban culpables del desastre: políticos, científicos y, cuando ya no quedaron, a cuanta persona supiera leer. En su ira vengativa, destrozaron cuanto vestigio quedara de la antigüedad.
Esta "Era de la Simplificación" había durado unos cientos de años y los pocos supervivientes humanos intentaban, ya en pequeñas tribus - las ciudades habían desaparecido todas - alimentarse como podían. Algunos individuos, poco aptos para la caza y la agricultura, buscaban nuevas formas de vida y habían aparecido pequeños monasterios que guardaban los antiguos vestigios culturales, la mayoría incomprensibles, que se iban encontrando. Su misión era copiarlos, salvarlos de la destrucción, aunque no los entendieran, por si algún día pudieran servir para algo.
La obra "Cántico a San Leibowitz" hace pensar, por lo que no debió ser ningún bestseller. Estilo irónico. Tras la Era de la Simplificación en la que se destruye todo resto de ciencia y cultura sobreviene una era que algunos llaman de religiosidad oscura. En ese pequeño monasterio en el desierto se venera a "San Leibowitz", el cual fue en realidad un ingeniero de armas cuyo nombre ha quedado en los restos de algún plano de construcción armamentística; pero el desconocimiento hace que, al ser uno de los únicos nombres de personas que han quedado en algún resto de la época antigua, se le venere aún desconociendo quién fue en realidad. La novela, en su comienzo, nos sitúa así en una época sin ciencia, época de copistas, cual ocurrió en la Edad Media.
Retornos, regresos, vueltas ..., ¿qué palabra será la adecuada? No puede ser comparable ese "retorno" de la humanidad que "Cántico a San Leibowitz" hace aparecer en una dialéctica entre conocimientos, uno basado exclusivamente en la palabra y otro basado en el empirismo, con mi vuelta después de unos pocos días al ordenador. Con todo, siento un cierto sentimiento de "retorno" a la cotidianidad. Nunca se puede volver al mismo punto. El fluir del tiempo y de la vida lo imposibilitan, aunque sí, nos podemos plantear las mismas preguntas de antaño: ¿y ahora qué?, ¿qué voy a hacer? Y quizás, una manera de empezar sea, como en la novela, la de copiar algún viejo texto que sea sustento, ¿alimento? que propicie, que dé lugar a una nueva palabra.
Quizás una época de copiar, de amanuense que copia tal vez sin entender mucho lo que hace, sea una fase necesaria, para la humanidad y para el individuo, en su desarrollo.
(Nota: además de haber leído de nuevo, parcialmente, el "Cántico a San Leibowitz", también he vuelto a ver la película "El nombre de la Rosa", que trata también de esta época de los copistas, por lo que supongo que ambas obras me habrán influenciado).
El libro "Cántico a San Leibowitz", hoy considerada una buena obra de ciencia ficción es encontrable en Internet en varios formatos: pdf, otros y está comentado en bastantes webs.
Sonja | 25/04/2011, 20:25
Suena interesante el libro ese que mencionas, por cierto que "El nombre de la rosa" gana mucho más leido.
Sonja | 27/04/2011, 20:19
Hola Fabian, no consigo encontrar nada sobre una casa (Casa Maribel-La Vileta) ni en libros, ni en internet casi, ni hablando con alguna historiadora que conozco.
No me deja añadir enlace este sistema, te rogaría, es más te suplicaría que echaras un vistazo al post "Enigmas urbanos" de abril de mi blog.
No me negarás que no es un lugar curioso y que parece olvidado en los libros.
Fabián | 28/04/2011, 19:32
He leído tu entrada sobre Ca na Maribel y he visto que ya tenías puesto el enlace a la página de Pomar que habla sobre esa casa. He escrito en tu blog un comentario que el sistema no me lo ha aceptado.
De niño, no sería aún el año 60, veraneamos un año en una casa no lejana a Ca na Maribel. Toda aquella zona ha cambiado tanto que ahora no sabría indicar dónde fue. Recuerdo que entonces oí la historia de la tragedia de una mujer. No la recordaba, pero al leerla, me he acordado. Desconocía que la casa la había diseñado el arquitecto Forteza y que fuera propiedad de un joyero.
Casas como casa Maribel había bastantes en los alrededores de Palma, ya en La Vileta como en Génova, San Agustín, etc. Casas grandes con torres abiertas con cubierta de tejado. La historia de Maribel entonces causaban consternación y la gente las conocía; actualmente temo que estén completamente olvidadas.
Siento que no haya quedado el comentario en tu blog, lo he intentado varias veces y no me lo ha aceptado.
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Re: De retornos
Lorenzo | 25/04/2011, 18:42
Bienvenido al trabajo. Aunque me extraña -conocida su capacidad- que sienta "miedo" ante la pantalla del ordenador.
Y gracias por la recomendación, -antes leía mucha ciencia ficción- ya me la he guardado en PDF.