fabian | 31 Agost, 2011 20:15
Quería hoy buscar información sobre la edición de los escritos de Jovellanos sobre Mallorca, pero no he encontrado el camino adecuado y me he perdido. Con todo, cuando se busca se suele encontrar algo y, un poco más tarde de los usual, aquí me lo escribo, pues la escritura confiere memoria a una acción.
Es un artículo escrito por Daniel Crespo y Joan Domenge i Mesquida, titulado Trazos de una naciente historia del arte los dibujos de la lonja de Palma para la Memoria de Jovellanos, publicado en la revista electrónica Locus amoenus, número 10; publicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (en Dialnet)
Es muy interesante, pues presentan los escritos de Jovellanos sobre el gótico palmesano como los iniciadores de una Historia del Arte en España, entendiendo que la palabra "historia" no se refiere a lo que ocurrió, sino a su estudio.
Las Memorias sobre las fábricas góticas de Mallorca que Jovellanos escribió (1806-1808) como prisionero de Bellver han sido reconocidas no sólo como una aportación clave al conocimiento de la arquitectura gótica de la isla, sino también como una contribución de primer orden a la naciente historia del arte en España. Aunque publicadas repetidamente, se daban por perdidos los dibujos que se sabe las complementaban. La localización de una nueva versión manuscrita, ésta sí con las láminas, nos ha impulsado a releer la Memoria sobre la lonja, la más lograda de cuantas escribiera el ilustrado, a dar a conocer las cinco láminas que la acompañan y a plantearnos la importancia que los dibujos tuvieron para que Jovellanos pudiera llevar a cabo las Descripciones de los monumentos y para que Ceán Bermúdez, el destinatario de los textos, conociera mejor las obras tratadas por la pluma del ilustre gijonés.
Daniel Crespo, Joan Domenge i Mesquida: Resumen de "Trazos de una naciente historia del arte los dibujos de la lonja de Palma para la Memoria de Jovellanos"
Jovellanos, confinado en Bellver, se valió de varias personas para sus investigaciones y trabajos. En sus escritos habla de unos dibujos que envía a Ceán Bermúdez sobre la Catedral, sobre la Lonja y sobre el Castillo. Sin embargo, estos dibujos se perdieron.
Vista de Palma con la lonja, la torre del ángel (castillo de la Almudaina) y antigua fachada de la catedral. Primer folio de la "Memoria sobre la lonja". © Patrimonio Nacional
Al parecer, los «seguidores» de Jovellanos en la primer mitad del ochocientos no tuvieron conocimiento de los dibujos asociados a sus escritos. Sin embargo, el texto original de la lonja que Jovellanos remitió a Ceán —al igual que los del castillo de Bellver y la catedral— iba acompañado de una serie de ilustraciones que aquí se publican por vez primera (32) y a las que se refiere en la carta que precede a este apéndice (33). Hasta hoy, tan sólo se conocían los dibujos de Bellver y Portopí contenidos en los manuscritos de la Descripción del Castillo de Bellver y de sus vistas y del apéndice a la misma, conservados en la biblioteca de Son Verí, propiedad de la familia Cotoner y Gual de Torrella, y publicados por A. R. Fernández González (34). Pero en la versión de las Memorias que se encuentra en la Real Biblioteca de Madrid se conservan los restantes dibujos que Jovellanos encargó como complemento de sus artículos, entre ellos, cinco láminas con ilustraciones de la lonja (35) la planta, el alzado de la fachada norte, una sección longitudinal, los detalles de una de las torrecillas, ventana y gárgola del remate superior y, finalmente, dos tipos de ventana. Un sexto dibujo, al comienzo de la descripción, muestra una vista de Palma en la que destacan la lonja, la torre del ángel del castillo de la Almudaina y la antigua fachada de la catedral. Son dibujos realizados en tinta y aguada, aplicada con distintas intensidades lo que permite sugerir el grosor de los muros en la planta y crear sugestivos efectos de luces y sombras en los restantes dibujos.
Daniel Crespo, Joan Domenge i Mesquida: Trazos de una naciente historia del arte los dibujos de la lonja de Palma para la Memoria de Jovellanos, pág. 161 - 162 del pdf
Lonja de Palma de Mallorca, detalle de las ventanas y de las tracerías ciegas de los contrafuertes. © Patrimonio Nacional
Algunos de los dibujos, los de planta y alzado, son parecidos a los de Jordan, realizados por Isidro Velázquez que, pocos años después de Jovellanos, en tiempos bélicos, estuvo en Palma como arquitecto del Ayuntamiento. Bien, seis interesantes dibujos y un muy buen artículo.
No fueron sólo los dibujos los que se perdieron, también algunos documentos que Jovellanos utilizó en Palma; que, se creyeron perdidos hasta que se reencontraron en el Archivo del Reino. Pero ésta ya es otra historia para otro día.
fabian | 30 Agost, 2011 16:39
Detrás de nuestro piso en Palma hay un cuartel de la Guardia Civil. Las condiciones allí dentro son bastante austeras y las viviendas se parecen mucho a las de la cárcel demolida recientemente cerca de Boston... ¿Cómo se llamaba? Aquella en la que hubo tantos motines, ¿recuerdan? Conozco a dos o tres de los guardias que viven allí, y mi familia goza de una invitación permanente a su fiesta anual del primero de marzo (día del Angel de la Guarda), que es algo digno de ver. Así que cuando, una tarde de 1952, robaron la bicicleta de Guillermo en el portal de nuestra casa de pisos —nosotros vivimos en la segunda planta— me fui directamente a ver a un guardia a quien recordaba de los días en que era un bebé gordito y sucio allá por 1929. y le pedí que se procediera a una acción inmediata. Llamó a un compañero suyo, que era guardia de los que visten de paisano y cuyos hijos habían ido al colegio con los míos, y lo mandó al campamento gitano que hay junto a la fábrica de gas. (Uno de los primeros indicios de la prosperidad mallorquína fue una afluencia de gitanos indisciplinados y sucios hasta lo pintoresco, procedentes del sur de España.) El campamento, constituido por unos cobertizos bajos de piedra, sin cemento ni puertas, con tejados de madera recuperada del mar y alguna que otra plancha vieja de metal oxidado, es donde normalmente se buscan las bicicletas robadas. Esta vez no se encontró ni rastro. Pero cuando el guardia volvía de su caminata y estaba llegando al cuartel —con el «Todo por la Patria» inscrito en la entrada— una bicicleta descontrolada cruzó la calle a toda velocidad, rozó al guardia y acabó hecha un montón de hierros al chocar contra una farola. Su conductor, un joven menorquln medio chiflado quedó herido de gravedad, al igual que la bicicleta de Guillermo. Al no estar acostumbrado al sistema del cambio de marchas, el pobre hombre había intentado aumentar la velocidad al pasar delante del cuartel. sin dejar de pedalear, rompiendo así un diente de la caja de cambios, y entonces perdió la cabeza. el equilibrio, el conocimiento y la libertad. Tuve que firmar una larga denuncia contra el menorquín y además jurar que me pertenecía la bicicleta antes de que me permitieran llevármela.
Robert Graves: "Una bicicleta en Mallorca"
Robert Graves en el Borne, 1953
Robert Graves vivió en Mallorca unos tres lustros, entre 1947 y 1962. Entre su producción literaria se hallan bastantes cuentos cortos y en algunos de ellos aparece la vida en Mallorca. Juana Mª Seguí Aznar defendió en el año 2005 su tesis doctoral Robert Graves y Mallorca: su narrativa breve mallorquina.
Este trabajo de investigación explora y analiza dieciocho relatos breves escritos por Robert Graves a lo largo de los años 1947 a 1962. El estudio se centra sobre todo en mostrar a través de estas obras la relación que existió entre Robert Graves y Mallorca, rastreando en ellas elementos autobiográficos y locales. Se muestra como la idiosincrasia del lugar, reflejada en la descripción y comportamiento de los personajes, en los aspectos sociales, políticos, culturales y lingüísticos, y en el escenario espacial-temporal donde tienen lugar estos relatos, ha ido conformando estas historias narradas desde el punto de vista de Robert Graves. Es un trabajo hermenéutico acerca del color local en la narrativa breve de Robert Graves. Dicho estudio se apoya primeramente en un componente de tipo filológico o crítica textual, seguido de la aportación de las fuentes, noticias, anécdotas hechos biográficos y otros que sirvieron de inspiración al autor
Juana Mª Seguí Aznar: Robert Graves y Mallorca: su narrativa breve mallorquina-
fabian | 29 Agost, 2011 16:35
Jovellanos en Bellver escribía cartas, muchas cartas; unas largas, escritas a lo largo de muchos días, y otras muy cortas. Bueno, esto cuando le dejaban escribir, lo cual le fue vedado durante una temporada; entonces, las cartas iban firmadas por su secretario Manuel Martínez Marina. El hecho está en que sus escritos de Mallorca llevan como título "Memorias" o "Descripción" y llevan el encabezamiento de "Señor don Juan Cean Bermúdez: Amigo y señor ..." El señor don Juan Cean Bermúdez era el destinatario del escrito, quien se interesaba por la Historia del Arte, por lo que Jovellanos le enviaba sus observaciones, estudios e investigaciones sobre arte, principalmente, desde su encierro en Bellver, sobre los edificios artísticos que veía a la distancia en Palma y sobre el mismo castillo.
Podría pensarse que sus escritos se pueden encontrar con facilidad, máxime en esas obras, digitalizadas actualmente, que llevan como título general "Obras completas de Jovellanos", pero no es tan fácil, pues creo que son más de 50 u 80 tomos gruesos, algunos con índices muy poco explícitos.
No es difícil encontrar los dos escritos sobre el Castillo de Bellver, posiblemente porque tuvieron bastante éxito; los de la Lonja y los de los conventos de Santo Domingo y San Francisco, también son encontrables. ¿Pero qué ocurre con el de la Catedral de Palma?
Buscando, buscando, encuentro
Me había costado, pero al fin lo había encontrado. El título íntegro es algo más largo que el citado pues hay que añadir: "que escribió el Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos a un su amigo aficionado á las bellas artes y á la historia: la que publica con varias notas D. Antonio Furió y Sastre".
El libro se abre con una "Advertencia" : [...] El nombre solo del autor es bastante para que se mire con respeto esta obrita, a la que no pudo dar la última mano, para que saliera pulimentada con el estilo que tanto aprecio hacen los sabios. [...] El presente opúsculo si no sale ataviado con aquella gracia de estilo atractiva, tan propia de su autor, es porque no había hecho mas que trazar un bosquejo del que había de formar la historia artística de nuestra Catedral y su descripción" [...]
Jovellanos, en el resto de sus escritos de Mallorca, hace referencia al de la Catedral, así como a un grupo de dibujos realizados por las personas que le acompañaban.
Alejandro Sanz de la Torre, cuyos trabajos ya han salido varias veces en esta bitácora, tiene el estudio: Jovellanos y la reivindicación de la arquitectura gótica de Palma que consulto:
De la extensa obra manuscrita realizada por Jovellanos durante su estancia en el Castillo de Bellver, sus cartas sobre arquitectura mallorquína dedicadas a los principales edificios góticos palmesanos, son quizá lo más importante, por la gran trascendencia que tuvieron en la reivindicación del estilo gótico con la llegada del romanticismo y la difusión del gusto por tal estilo. El objeto de tales cartas, fue facilitar a Juan Agustín Cean Bermúdez (1749-1829) materal para las adiciones al libro de Eugenio Llaguno Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de España..., en lo que estaba ocupado.
[...] Sobre la Catedral de Palma (21) cuyo exterior había descrito Jovellanos en su Descripción panorámica desde el Castillo de Bellver, se ocupó en su Descripción de la Catedral de Palma (1807-8) (22) En esta carta narró la historia de la construcción de la Catedral con gran erudición. Utilizó como fuentes los libros de fábrica de la iglesia y archivos del Cabildo, junto a las crónicas de Dameto y Mut y criticó las aportaciones de otros historiadores locales como Alemany, Tarrasa, Cayetano de Mallorca y Serra. Agradeció al canónigo mallorquín José Barberí las ayudas prestadas como proveedor de fondos documentales catedralicios (23).
Esta carta, que iba acompañada de dibujos de la Catedral para proporcionar a Ceán Bermúdez una idea más exacta sobre ella (24) incluía también comentarios artísticos sobre el templo. En su Disertación sobre el traslado del coro de la Catedral de Palma (Barcelona, S.A.) (25), breve obra escrita con posterioridad a su estancia en Mallorca, Jovellanos contradijo sus anteriores críticas a la situación central del coro, y se mostró conforme con su emplazamiento.
Notas:
(21) El erudito mallorquín Antonio Furió publicó, adicionada y rectificada con notas suyas, una supuesta carta de Jovellanos sobre la Catedral; ver JOVELLANOS, G.M. de, Carta histórico - artística sobre el edificio de la iglesia Catedral de Palma en Mallorca. Palma, Imp. de Felipe Guasp, 1832. Se tuvo por obra de Jovellanos, y así fue considerado por los autores del período romántico, hasta que Julio Somoza la comparó con su Descripción de la Catedral de Palma (1807-8), manuscrito del Archivo Fuertes Acevedo que publicó en su libro Escritos inéditos de Jovellanos. Barcelona, Tip. Artes y Letras, 1891.Somoza comprobó la existencia entre ambas obras de diferencias de criterios, estilo, notas, encabezamiento y final del manuscrito, y atribuyó la primera al canónigo y erudito mallorquín José Barberi; ver SOMOZA DE MONTSORIU, Julio, Inventario de un jovellanista. Madrid, Suc. de Rivadeneyra, 1901, pág. 39. Esta tesis fue compartida por FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ, A.R., Jovellanos y Mallorca. Ob. cit., págs. 201-2.
Alejandro Sanz de la Torre: Jovellanos y la reivindicación de la arquitectura gótica de Palma, págs 6 - 7
Jovellanos también indica repetidas veces los dibujos que hacen para enviarlos a Cean Bermúdez, pero estos dibujos no aparecen en los libros del siglo XIX. En algunas notas que ofrece Alejandro Sáinz encuentro respuestas:
(16) [...] Estos dibujos del alzado y corte del Castillo de Bellver, planta, perfil topográfico del monte y Castillo de Bellver y detalles de arcos, columnas, capiteles, puertas y verjas del mismo, están publicados por FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, A.R., Jovellanos y Mallorca. Ob. cit. Sobre la autoría de tales dibujos señala Barón Thaidigsmann: «tales dibujos fueron realizados por Manuel Martínez Marina, eventualmente auxiliado por el escultor palmesano Francisco Tomás, que también hizo para Jovellanos planos y secciones de la Catedral de Palma. En todos ellos, además de procurarse la mayor exactitud en el más pequeño detalle, pues se trataba de dar una perfecta idea de los monumentos a Ceán Bermúdez, se especifica la escala, en pies castellanos, salvo en el perfil topográfico del castillo, donde se señala la distancia planimétrica al mar y su altitud sobre él. Se observa, ante estos dibujos, que Jovellanos, ...huye de todo pintoresquismo como si reservase éste para la descripción escrita». BARÓN THAIDIGSMANN, Javier, Ideas de Jovellanos sobre arquitectura (arquitectura altomedieval). Oviedo, Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, 1985, págs. 39-40. [...]
(24) Barón Thaidigsmann apunta que Jovellanos mandó hacer dibujos de la planta, sección y detalles de la Catedral, igual que del Castillo de Bellver. Los dibujos serían realizados por Barberí, Francisco Tomás y Martínez Marina. Ver BARÓN THAIDIGSMANN, Javier, Ideas de Jovellanos sobre arquitectura... Ob. cit., pág. 42.
Me encuentro algo perdido en este tema. Confiaba que los escritos de Jovellanos sobre Mallorca estuvieran todos seguidos, con los dibujos incluídos. No es así. Están bastante diseminados y, sin la guía que proporciona Alejandro Sanz de la Torre, son difíciles de localizar. Me gustaría encontrarlos todos.
fabian | 25 Agost, 2011 15:42
Un avión cisterna sobrevuela con inquietante constancia sobre una zona de la ciudad. Allá, al fondo, una columna de humo señala su ruta. Incendios, muchos incendios en este seco verano del Año Internacional de los Bosques.
Hay algunas historias sobre los bosques de Mallorca, sobre la tala que se hacía de los grandes árboles para construir naves; sobre los incendios y la posterior erosión de la tierra, por lo que muchas montañas muestran sus laderas desnudas ... No sé si son historias verídicas o leyendas. Tampoco conozco muchos textos sobre bosques, leñadores, carboneros ... Tampoco es que nadie en este año de incendios los cuente.
Jovellanos sí contó varias cosas sobre el bosque de Bellver. Y su voz era de lamento al ver el bosque poco cuidado, muy talado por los gobernantes del castillo afanosos de vender madera. Y contaba que ese bosque había sido oscuro, de grandes y frondosos pinos. En Valldemossa, acompañado por algún cartujo, Jovellanos había recorrido parte de la sierra mallorquina y se había entretenido en realizar un herbario que se perdió. Luego, al describir Bellver, su palabra es rica en nombres de plantas; pero de su discurso saltaré los párrafos en que habla de los "pinaretes" - así los nombraba - y de los algarrobos, para recoger los párrafos en que cita otras plantas de menor envergadura:
Pero si se trata de otras plantas y yerbas, por lo que dejo dicho de las que lleva el castillo, ya inferirá usted cuánta será la fecundidad de su término. Domina entre todas el lentisco, que en grandes y frondosas matas, por cuyo solo nombre es aqui conocido, brota á la par de los árboles indígenas, y da mucha y excelente leña para hogares y chimeneas, asi como la dan para el consumo de los hornos las tres estepas (10), una especie de genista, llamada bosch, que es una retama fina, y otras matas, á todas las cuales distinguen con el nombre genérico de garriga. Abunda aquí sobremanera el gamón, que coronado al febrero de una hermosa piña de blancas flores, cubre todo el bosque y le adorna, hasta que al otoño sus altos y erguidos vástagos se cortan para hacer pajuelas, las únicas que se usan en el país con nombre de lluquets. Abundan también varias plantas olorosas, como tomillo y romero, hacia las faldas del cerro, y cantueso por todas partes. Éste se conoce por el nombre de garlanda, y su violada y fragante flor por el de flor de san Marcos, sin duda porque en la fiesta de este santo, titular del castillo, es cogida con ansia por los que vienen á ella de la ciudad. El número y variedad de otras plantas parece increíble, si se atiende á la pobreza de un suelo tan peñascoso. Crece con fuerza en las faldas del cerro y en los altos y orillas de las sendas la sanguinaria con sus hermosos copitos de terciopelo blanco. Hay tres ó cuatro variedades de la centaura, otras tantas del geráneo, y entre ellas el moscatum; son comunes las anagalis, los dos sedos, mayor y menor, las dos achicorias, aquí camarrotges, dulce y amarga, el espárrago espinoso y la digital purpúrea, la buglosa con su flor celeste, y la cinoglosa, que la tiene rosada. Crece también por las cercas la doradilla, en los huecos de las peñas la rara y saludable polígala, y en la cañada del mediodía el mas raro aun hipericon, que Línneo llama ballarico, con sus flores jaldes y sus hojilas horadadas. En fin, tal es la muchedumbre y tantas las variedades de estas y otras plantas, que si algun sabio botánico se diese á describirlas, pudiera formar una flora bellvérica harto rica y digna de la atención de los amantes de esta ciencia encantadora.
Ahora bien, aunque usted considere tales producciones sin otro respecto que el adorno que añaden al ruedo del castillo en medio de su extrañeza y rusticidad, ¿dejará de formar una muy favorable idea de su hermosura, cuanto mas si reflexiona que la benignidad del clima hace que muchas de las plantas nombradas sean perpetuas, y que otras, como el cantueso, tomillo, euforbio, etc., aunque algo marchitas al fin del estío, conserven toda su hoja y á las primeras aguas del otoño reverdezcan y cobren su antigua lozanía, mientras que las pocas que perecen del todo, apenas sienten la primera humedad del rocío, cuando brotan de nuevo, sin dejar jamás á este suelo en aquella larga pausa de vegetación que hace en otros tan hórrido el invierno?
Ni necesita esperar la primavera para verse lleno de flores. Desde los principios de octubre asoma á cubrirle la llamada flor de invierno, muy parecida á la del azafrán, que sin tallo, rama ni hoja, despliega á flor de tierra sobre un tierno pedúnculo sus seis pétalos de hermoso color de lila. Acompáñanla gran número de pequeños lirios blancos, muy parecidos al jazmín y de su tamaño, y también las flores de la jabonera, de un morado tirante á azul, que son tan tempranas como de corta vida. Siguen las del cantueso de violado claro, para durar casi todo el año; las del talespí, formadas de pequeñísimos flósculos blancos, y las amarillas y celestes de las achicorias. Viene luego el gallardo gladiolo, aquí clavell de moro, de muy ardiente color carmesí, y luego un bellísimo orchis, que yo llamaria especular, porque la abejita que nace sobre su flor tiene la espalda de un gracioso color de acero tan brillante, que refleja la luz con su marco de finísima pelusa de terciopelo musgo; hasta que al fin, desvolviéndose toda la gala de la primavera, se ve la verde alfombra que cubre el cerro, matizada con tanta y tan rica variedad de colores y formas, que no se puede pisar sin el delicioso sentimiento que la bella y exuberante naturaleza excita, ni contemplarla sin levantar el espíritu hacia la inagotable bondad de su divino Autor.
Jovellanos: "Memoria del Castillo de Bellver"
El texto puede ser muy largo, pues si al principio he saltado la parte referente a los árboles, después continúa con los cereales y luego sigue hablando de los animales del bosque, tema que quizá ponga otro día.
La avioneta "arroja agua" sigue transitando, del mar a la montaña, de la montaña al mar en este "Año Internacional de los Bosques".
fabian | 24 Agost, 2011 14:54
Bicentenario del nacimiento de este compositor. Franz Liszt (1811 - 1886).
Como en otras ocasiones, el programa Grandes Ciclos de Radio Clásica ofrece en podscast la obra de Listz, programas emitidos desde julio de 2011 en esta segunda parte del año.
fabian | 23 Agost, 2011 17:51
En Palma, de la desamortización de Mendizábal de 1835, que yo creo que fue un gran robo del Estado a la iglesia, quedó una ciudad esponjada, unas grandes superficies propicias para la especulación inmobiliaria; algunas zonas públicas, alguna narración y unos topónimos. Supongo que también debe haber algún estudio sobre ello.
Subiendo desde el Borne por la plaza de la Constitución, donde está el edificio de Correos, antes de llegar a la Cuesta de Santo Domingo (uno de los topónimos), se halla la Plaza del Rosario, llamada así porque allí se encontraba la Capilla del Rosario, una de las dependencias del Convento de Santo Domingo.
En gris: San Francisco de Paula, hoy plaza de la Reina; Santo Domingo, hoy zona del Parlament y Santa Eulalia (Plano Garau)
Tampoco es de contar entre las obras antiguas de esta iglesia la gran capilla de Nuestra Señora del Rosario; obra que se puede decir adyacente á ella, pues que tiene su entrada principal por defuera. Ya don Vicente Mut dio noticia de haberse empezado en 1480; pero yo copiaré por mas exacta la que da el mismo fray Francisco Diago al cap. 43 del lib. II de su Crónica. Hablando allí del venerable fray Alonso de Castro, dice: «Por ser este buen padre muy devoto del santo rosario, emprendió la fábrica de la capilla del Rosario, de este convento, que tiene dentro de sí otras cuatro, para que sin salir de ella se puedan hacer las estaciones y ganar las indulgencias. Dióle principio en el año 1480, y para acabarla predicaba mucho, así en la ciudad como en la isla, y en bajando del púlpito tomaba un plato en la mano y pedia limosna.» Acabóla en el de 1517. Como de estos prodigios debe la arquitectura á los que saben promover la devoción de los pueblos.
Portería del conveto de Santo DomingoLa que levantó esta obra, la fué poco á poco adornando, y me aseguran que en sus retablos hubo bellísimos cuadros. Hízolos desaparecer el mal gusto en una remodernacion que á la entrada del último siglo hizo en esta capilla fray Alberto Burguñi, religioso de la misma casa, el cual á las bellas pinturas que allí había sustituyó los feos retablos que se ven hoy, llenos de garambainas y relumbrones, según la moda de aquel tiempo. El tal fray Burguñí es también contado entre los poetas mallorquines; pero si sus versos eran del mismo gusto que sus esculturas, mal año para unos y otros (5).[...]
(5) Después de escrito este apéndice, he podido ver una historia de Mallorca, que se halla manuscrita entre los apuntamientos del cronista don Buenaventura Serra, en la que entre otras noticias de la fábrica de Santo Domingo, se halla, en cuanto á la capilla de nuestra Señora del Rosario, lo siguiente:
Pero es menester confesarlo: después que se quiso renovar, cubriendo sus paredes, bóvedas y capillas con maderas y adornos de moda, siguiendo los mas extraños pensamientos é ideas que puedan imaginarse, señaladamente en sus ventanones, donde en lugar de grifos se representaron los papas que concedieron privilegios é indulgencias al santísimo rosario, con unas carátulas, que parece están vibrando excomuniones en lugar de conceder indulgencias. Pero mas que todo, en el retablo de nuestra Señora, que no es fácil de adivinar lo mucho que ha perdido de la augusta majestad y respeto que infundía su fábrica antigua. Fué el autor fray Alberto Burguñi, religioso lego y escultor, hombre ciertamente original, que si bien manifestó en estas otras obras que ejecutó su buen deseo, acreditó el mal gusto de que estaba dotado para las ideas y obras de escultura, siguiéndole muchos que en las obras que ejecutan dejarán un testimonio irrefragable á la posteridad del mal gusto de este siglo y de lo poco que alcanzaba en su arte. Quisiera omitirlo; pero está también demasiado visible la máquina de cosas que ideó y ejecutó el mismo autor para adorno del órgano que se hizo nuevamente en dicha iglesia, que por lo que mira á lo esencial de voces é instrumentos y registros, es la admiración de los inteligentes, en que acreditó sumamente su habilidad el artífice, que fué don Jorge Bosch, actualmente empleado en la corte, con mucho aplauso, en componer los de la real capilla de su majestad, y llamado, según tengo entendido, para componer los de Córdoba y otros de España.
Jovellanos: "Memoria sobre las fábricas de los conventos de Santo Domingo y San Francisco, de Palma"
Jovellanos nos descubre el gótico, que en su época se consideraba antiguo, de poco valer; sin embargo, no gusta mucho del arte de su época, del Rococó. Con la desamortización se produce entre las iglesias de Mallorca una recolocación de algunas obras de los conventos e iglesias afectadas. Así, en la iglesia de La Sangre podemos ver actualmente el Belén que estaba en el desamortizado convento de Jesús, así como una escultura de la Virgen dando el pecho al Niño, procedente del también desamortizado convento del Carmen de la Rambla.
Retablo de la Inmaculada, en San Cayetano, obra de Burguny
En la iglesia de San Cayetano podemos ver el Retablo de la Inmaculada, procedente de la Capilla del Rosario, retablo rococó, realizado por Alberto Burguny.
Burguny Castelló, Alberto (Palma 1707 - 1770). Escultor, pintor y escritor. Fue fraile del Convento de Santo Domingo de Palma. En el campo de la escultura se dedicó, sobre todo, a la arquitectura de retablos, el más importante de ellos es el del altar mayor de la iglesia de Santa Eulalia de Palma. También hizo para los altares mayor de las iglesias de Santa María del Camino (1762), Santa Eugenia y Binissalem, y para la "Capella del Roser" de la parroquia de Algaida (1742). En la iglesia de los Sagrados Corazones (San Cayetano) de Palma, se conserva un retablo de la Purísima procedente del Convento de Santo Domingo. Se le atribuyen los retablos mayores de la Misión de Palma y de San Pedro de Sencelles. Reformó la decoración pictórica y escultórica de la Capilla del Rosario de Santo Domingo, lo que le comportó duras críticas de autores como Jovellanos y José María Quadrado, de gustos neoclásicos y románticos, que no admitían el recargamiento de volúmenes, curvas, símbolos y colores que fue característica de su obra.
Detalle en la iglesia de Santa Eulalia, cuyo retablo realizó BurgunyIgual opinión mereció la armadura que hizo para el famoso órgano del convento de Santo Domingo, realizado por Jordi Bosc Bernat, que se encuentra en la iglesia parroquial de Santanyí. La "Coronación de la Virgen", depositada en el Museo Mallorca, es una de las pocas pinturas que de él se conservan.
Considerado el mejor grabador mallorquín del siglo XVIII, es autor de diversas iconografías como la Inmaculada, la Mare de Déu, Ramon Llull, santos, escudos y monedas.
Cultivó la poesía satírica de carácter popular, y sus "glosades" fueron populares en Mallorca. Escribió "S'alicorn de Sant Domingo", "Breu y sustancial notícia de los enormes delicies de un famosísim gat", "Sentenciat a mort sens apellació", "Drama de Sant Cayetano", "Exhortació a la família gatera", así como dos dramas religiosos, "Comèdia famosa del gloriós Sant Cayetano" y "El poder de Cayetano".
De la Gran Enciclopèdia de Mallorca, vol. 2
Pues, para recopilar algo de su obra, tan sólo en grabados, habrá que buscar mucho.
Bartomeu Bestard: El convento de Santo Domingo y su trágica desaparición
Plano de Palma de A. Matamoros sobre la desamortización (1835)
fabian | 22 Agost, 2011 17:02
Días de calor sofocante; difícil se hace cualquier actividad, física o mental. Poco a poco leo algunos textos de Jovellanos sobre algunos edificios de Palma. Encerrado en Bellver, me admira cómo pudo conseguir que tanta información le llegara; realmente era hombre de dineros, relaciones y recursos poco comunes. Cuando escribe sobre cualquira de esos edificios, indica siempre las fuentes, los escritos de donde adquiere la información; en ocasiones, no se fía mucho de alguna fuente y, en tal caso, busca una información alternativa rebuscando en los archivos ... ¿Desde Bellver? Bueno, Jovellanos tenía secretario particular, libre de movimientos, y posiblemente otros ayudantes.
Jovellanos, 1808; George Sand, 1838. George Sand acude a las ruinas del convento de Santo Domingo; en relación a ellas escribe muchas páginas en contra de la Inquisición; demasiadas páginas que son como un sermón o una filípica con la intención de convencer de que había de derribarse ese templo por motivos ideológicos - son, en mi parecer, las peores páginas de "Un invierno en Mallorca" -. En su visita había encontrado gente que no aceptaba complaciente ese derribo y da la sensación de que, tres años después, desde Francia, intentara convencerlos.
La mirada de Jovellanos no es sobre las ruinas de esos templos de Santo Domingo y de San Francisco, pues, desde Bellver, veía en la lejanía sus torres y agujas. Jovellanos documenta la historia de esos templos y los describe. ¿Es la única descripción existente sobre ellos? Jovellanos busca fuentes documentales sobre sus arquitectos, sobre las fechas de construcción de sus claustros, de sus capillas. Valora qué elementos recoger. Busca las crónicas de esos conventos y cita la información que encuentra.
Del convento de San Francisco , sobre la capilla donde estaba la tumba o urna de Ramon Llull, cita a un tal Custurer, jesuíta.
Desde que Internet se ha implantado como fuente de información y como gran biblioteca de textos, la forma de escribir se ha de complementar mediante enlaces a documentos básicos. Es verdad que el papel, ya en forma de libro o periódico, no acepta los enlaces - lo cual puede ser ya considerado como una insuficiencia -, aunque sí las URL en formato texto. Ya veremos qué ocurre en esta materia de los soportes informativos.
Bien, pues se me ha ocurrido buscar quién fue ese Custurer que Jovellanos cita, aunque no proporcione información sobre él. Y, bien, sale citado en varios libros digitalizados en parte por Google, como Ocio y vida cotidiana en el mundo hispánico en la Edad Moderna de Francisco Núñez Roldán, describiendo una celebración de caballeros en el Borne (1701) cuando éste aún no era paseo, sino lugar para estafermos o desafíos a caballo entre caballeros armados (ver: Bartomeu Bestard: Celebración caballeresca en el Born, DM, 08/05/2011). Aparece también en Manuscritos lulianos de la Biblioteca Pública de Palma de VVAA coordinados por Jesús García Pastor, ya que Custurer fue un afamado lulista. Pero no bastan las citas, pues ellas no indican quién fue ni qué hizo. Es en la Biblioteca Saavedra Fajardo de Pensamiento Político Hispánico donde encuentro una ficha dedicada a Jaime Custurer (1657 - 1715) que tiene tres páginas, una dedicada a su biografía, otra a sus obras y otra a estudios sobre su figura y obra. Una información muy completa y cuidada: Nació en Palma donde estudió humanidades. Ingresó a los 17 años en la Compañía de Jesús y realizó sus estudios eclesiásticos en Calatayud, Gandía y Barcelona. A la edad de 42 años profesó solemnemente. Fue profesor en el colegio de Montesión de Palma, de Teología en la Universidad Luliana; rector en el colegio de San Martín de Palma. Luego se trasladó a Calatayud donde murió en 1715, a los 58 años de edad. Escribió unas 15 obras, unas lulistas y otras sobre los jesuítas en Mallorca y sobre otras temáticas, principalmente de tipo histórico.
Hay muchas Internet, ya que hay información de todo tipo, turístico, deportivo, etc. Pero también hay una Internet de este tipo que, como Google Books, muestra la página del libro donde se cita a la búsqueda realizada - búsqueda en el interior de los libros, lo cual aún me parece un milagro - o como esa biblioteca de fichas sobre autores, con una información muy cuidada, seleccionada y completa.
Realmente los libros debieran ser digitales y aprovechar seleccionados enlaces que Internet ofrece. Libros digitales, ya en papel digital o en soportes, todos ellos conectados a Internet. Y muchos libros, especialmente los sufragados con dineros públicos, estar en otro sistema u órbita libre de las ataduras de los derechos de autor (ver: ¿Por qué Federico García Lorca no está en Dominio Público?)
De Jovellanos a Jaime Custurer, o viceversa. Es como un enlace. Jovellanos nombra a Custurer o a Dameto o a Mut y, si escribiera en digital, lo que son citas serían enlaces, porque los siglos, las edades, los investigadores se enlazan formando un continuo.
Yo, lentamente, voy siguiendo esos caminos que ellos señalaron y descubriendo sus nombres y su obra.
Esta Biblioteca Saavedra Fajardo hay que tenerla en cuenta. En su portada me muestra algunos enlaces a escritos de Juan Maura Gelabert, nacido en Palma (1841), obispo de Orihuela y Senador en la legislatura 1893 - 1894.
fabian | 18 Agost, 2011 08:27
Tras muchos meses sin noticias de esta publicación, aparece ahora, en las lenguas de los ciudadanos, la revista Ciberespecies, en su número 26, correspondiente a junio de 2011.
Interesantes, muy interesantes las noticias que publica. Así, por ejemplo, el tema del águila de Bonelli (Aquila fasciata):
El águila de Bonelli, Aquila fasciata, es la última especie de vertebrado la extinción de la cual tenemos constancia en Baleares: los últimos nidos debieron ser ocupados en la década de 1960-70, en la serra de Tramuntana. Es un águila de talla media (aproximadamente como la pescadora), de gran agilidad y capacidad de caza. Muy oportunista, se alimenta de una gran variedad de aves y mamíferos. Su extinción local se produjo por los efectos de la persecución directa a que estaban sometidos todos los carnívoros.
En 2007 se declaró oficialmente como extinguida en Baleares, declaración que dio pie a redactar un plan de reintroducción, tramitado y aprobado el año 2009. [...]
Pues, en el plan de recuperación de este ave está soltar unos ejemplares jóvenes para intentar reintroducir esta especie.
Son bastantes los temas interesantes. Uno de ellos es la retirada de jacinto de agua, para su control, en el torrente de Inca. El jacinto de agua es una planta acuática, muy invasora, que forma grandes masas y que se utiliza en algunos casos para depurar aguas contaminadas; siempre en aguas dulces, pues no sobrevive en aguas salobres. El problema es cuando, por exceso, puede llegar a obstruir la corriente acuosa, lo cual se agrava en torrentes de poco cauce como los de las islas. Se han retirado unas 70 Tn.
Muy bien la revista; nos ofrece noticias y actuaciones que no nos llegan por otros medios, tal, por poner otro ejemplo, del seguimiento florístico que se hace en la zona incendiada el año pasado en Ibiza, en Benirràs. Quiero poner una pega: que los textos sean copiables; no entiendo que incluso informaciones de este tipo tengan que estar bajo llave.
También anuncia la publicación de un libro sobre la conservación de las tortugas de tierra al que se puede acceder en esta página de imposible acceso en una de las lenguas oficiales y que utilizamos muchos ciudadanos.
fabian | 17 Agost, 2011 17:02
La pregunta es sencilla: "¿cómo deben ser los libros electrónicos?". Las respuestas probablemente no sean tan sencillas.
Los hechos son simples: se fotografían las páginas y se colocan en un pdf. ¿Es el resultado de este hacer un libro electrónico o es sólo un libro fotografiado? Veamos un ejemplo:
Memorias histórico - artísticas de arquitectura
Señor don Juan Cean Bermudez.— Amigo y señor: Enviando á usted la descripción que me pidió, y le ofrecí, creo que acredito mi confianza y mis vivos deseos de complacerle; porque en ella no hallará la exactitud y el mérito que esperaría de un artista ó de un aficionado mas inteligente, sino la sencilla representación del objeto, tal cual aparece a mis ojos, y cual pudiera dar cualquiera común observador. He reducido así mi propósito por no entrar en empeño que fuese superior a mis conocimientos; pero también me he distraído á varias reflexiones, que naturalmente ofrecía la presencia del mismo objeto. Tal vez esta libertad no se toleraría á un profesor; pero creo que podrá disimularse á quien no trata de pasar por tal, sino solo de complacer y divertir a usted.
¿Y por qué no? ¿Quién es el que se detiene á contemplar estas obras, que sobreviven á algunos siglos, sin hallarse asaltado de las ideas que naturalmente excita la comparación de su edad con las que recuerdan? Aun el artista, para juzgarlas bien, no puede prescindir del tiempo en que se hicieron y del objeto á que se destinaron, ni tampoco no revestirse de las ideas del arquitecto que las construyó ni del dueño que las mandó construir. ¿Qué es, pues, lo que sucederá á un simple observador, cuya atención es tanto mas libre, cuanto menos llamada á las reglas del arte, y menos distraída por las calidades artísticas de las mismas obras?
Sea pues lo que fuere, así es como yo me complazco en ver nuestras antiguallas y como he visto esta; y tal como la vi y la juzgué, la pinto. Si en mis reflexiones me he detenido demasiado, y si se miran con hastío por los observadores vulgares, que no ven en tales edificios mas que sillares y molduras, confío que no por eso desagradará á usted, que tanto ama la antigüedad y tanto se deleita con ella. ¿Y qué sé yo si acaso agradaré también á aquellos que, á vista del cacho de un obelisco, se trasportan á la edad de Sesóstris, y á quien las rampas del moderno Campidolio recuerdan los antiguos triunfos de los Camilos y Cipiones, y las vehementes arengas de Catón y de Tulío?
La descripción abraza asi el castillo como sus términos, que no son menos dignos de observación que su forma; y si usted quiere que la extienda á toda la hermosa escena que descubre, y que en cierto sentido domina, no sera difícil complacerle. Pero esto pedirá mas vagar del que ahora tengo, y podrá formar una segunda parte. — Manuel Martínez Marina (a).
Advertencia (b)
A poco tiempo de hallarse el autor de estas memorias confinado en Mallorca, deseando ocuparse en algún objeto nuevo, capaz de hacerle olvidar la amargura de su situación, empezó á leer la historia de la isla con toda meditación y con aquella crítica tan propia de sus elevados talentos. Desde luego conoció lo que habia que añadir en las de Dameto y Mut, que enmendar en la de Binimelis, y corregir en los manuscritos que se le presentaron. Se le avivó entonces la curiosidad de leerla en sus fuentes, procurándose los originales ó copias auténticas de los archivos públicos del reino, ya prodigando dinero, ya valiéndose del favor de sus amigos. El resultado de este estudio fué quedar enteramente persuadido de que la historia de Mallorca estaba todavía por hacer, y que se debia empezar por disertaciones ó memorias particulares sobre los puntos mas interesantes de ella. Mereció una de sus primeras atenciones la descripción artística é histórica del castillo de Bellver, donde estaba detenido; de una bastilla desmoronada y solitaria, pero cuya esclavitud entre aquellos góticos torreones la hará eternamente célebre, pues como si agradeciese el reposo de una conciencia tranquila, que allí encontrara bajo el azote mismo de la opresión, quiso darle mas importancia de la que en sí merece, con sus elucubraciones eruditas.
De aquí pasó á emprender otras sobre los hermosos y suntuosos edificios de la santa iglesia catedral, conventos de Santo Domingo y San Francisco, Lonja y casas del Ayuntamiento. Había igualmente empezado unas interesantes notas para ilustrar la crónica del rey don Jaime el Conquistador, que deseaba se imprimiese correctamente, por ser el fundamento en que, á su juicio, debia zanjarse la historia de Mallorca, particularmente por lo respectivo á la última época de su restauración. A esta debia seguir una edición completa del Repartiment, que tan defectuoso y truncado publicó Dameto, y sobre el cual había hecho el señor Jovellanos varias y nuevas observaciones. Tenía formado además los primeros ensayos de una biblioteca de los escritores baleares, de un diccionario de los artistas célebres de aquella isla, y de un monetario ó sea disertación sobre el valor de las monedas que corrían allí en los primeros siglos de la conquista, que consideraba muy necesaria para entender las escrituras antiguas. Concluídas estas memorias, creía que estaba acabada la introducción á la historia del país, obra que también tenía ánimo de emprender, si se lo permitía su destino, lo que al fin no llegó á verificarse, por haber recobrado su libertad en el año 1808, después de mas de siete de prisión, y por las ocurrencias que sobrevinieron después con motivo de la guerra.
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(a) Con este nombre firmaba algunas veces Jovellanos sus cartas cuando estaba encerrado en el castillo de Bellver; era el de un paje ó secretario suyo, sobrino del célebre D. Francisco Martínez Marina. Ya comprenderá el lector que tales precauciones eran hijas del rigor de su prision. Véase el discurso preliminar. Insertamos aqui esta carta, y no en el sitio destinado á las que escribió á varias personas sobre diversas materias, porque sirve de introducción á la Memoria del castillo de Bellver. También hemos dado cabida en este lugar al escrito que precede, porque sl bien se intitula carta, no lo es en rigor, sino lo que ahora se llama un comunicado en el lenguaje de los papeles periódicos.
{b) Puesta á la edición de las obras del autor hecha en Madrid en 1832.
Fuente: Obras de D. Gaspar Melchor de Jovellanos (pág. 391)
Bien, pues vayan ustedes a este libro en que están las obras de Jovellanos e intenten recoger algún párrafo. Por métodos normales no lo conseguirán. ¿Es un libro electrónico? Yo diría que no, es sólo un libro fotografiado. ¿Cómo se podría denominar esta característica de los textos web que permiten "copiar y pegar"? En principio lo denominaré como "texto abierto" que, como expresión clara, permiten "copiar y pegar" (una de las acciones principales de los textos electrónicos, no posible en textos no electrónicos). Los textos no electrónicos son de "texto cerrado".
Esta característica del "texto abierto" ofrece muchas posibilidades, positivas y negativas según como se utilice; pero de por sí, no es recusable. Una característica positiva es poder recoger fragmentos como citas, o poder seleccionar los fragmentos - capítulos, párrafos, etc - que a uno le interesa. Una característica negativa es modificar el contenido o utilizarlo para el engaño. Pero estas acciones negativas son extrínsecas al texto, mientras que las primeras respetan el texto y al autor.
Los textos electrónicos pueden ser leídos en pantallas de distintos tamaños y con diferentes tamaños de letras; es decir, son textos repaginables: otra característica importante. En muchos textos impresos hay "notas a pie de página". En los textos electrónicos, por su cualidad de repaginables, las notas no conviene que estén a pie de página, pues el concepto de página prácticamente ha desaparecido. Tiene soluciones variadas, ya en ventanitas flotantes, ya a final de capítulo o en página aparte. Los enlaces permiten pasar de un lugar a otro.
Pero este tema me permite entrar en un punto más complejo e importante que podría denominarse: texto y contenido. Y no tanto porque pueda modificarse el texto, de lo que no soy partidario salvo en cuestiones de apariencia y, en algún caso, de ortografía; sino porque pueda añadirse al texto original otros textos complementarios, especialmente relacionados con la estructura del contenido, con la búsqueda o con la orientación dentro de la estructura textual.
En muchos libros no hay una orientación clara sobre su estructura y contenido. Así, por poner un ejemplo, "Un invierno en Mallorca" ofrece los siguientes títulos y epígrafes: "Primera parte", "Capítulo 1", "Capítulo 2" ... "Capítulo 7"; "Segunda parte", "Capítulo 1" ...Como se podrá pensar fácilmente, no ofrece ninguna orientación sobre el contenido ni ninguna posibilidad de orientarse en el contenido del libro de George Sand. Y ese libro no es una excepción.
Los libros electrónicos tienen que posibilitar primero una concepción rápida del contenido del libro; lo que los libros de papel posibilitaban con la información que ofrecían en la contraportada; pero también han de posibilitar una localización práctica y rápida de los contenidos y subcontenidos, así como la utilización de índices variados, como los onomásticos o los toponímicos, pese a que el libro en papel no los ofrezca.
Un libro electrónico no puede ser un libro fotografiado; incluso en casos, ni siquiera un libro escaneado. Además de ser de texto abierto (posibilidad de copiar y pegar), ha de permitir un acercamiento rápido y primero a saber de qué trata ese libro (primera aproximación) y qué contenidos trata. Y ha de tener sistemas de localización de esos contenidos.
Todo esto refiriéndome sólo a los libros tradicionales. La concepción de un "libro en Red" ofrece un nuevo campo, para mí difícil de imaginar aún. Pero conviene hacerse a la idea de que un libro electrónico no es como un libro en papel.
fabian | 16 Agost, 2011 18:02
Buacaba una imagen, una Virgen del siglo XVI. En una columna de la entrada, un escudo intenta recordar la situación del enclave: un gran velero y un pinar. ¿Será su significado Portopí, el puerto de la ciudad amurallada? Un camino une la ciudad con su antiguo puerto, llamado antiguamente como "camino de Portopí" y, en ese camino, una iglesia en una zona llamada el Arrabal, puesto que está extramuros, en ese camino que llevaba al puerto. Arrabal de Santa Catalina, de antigua (y para mí, desconocida) historia.
Escudo a la entrada del recinto de San Magín
Las naves, los navíos a vela, no tenían horarios; dependían de los vientos. Su llegada era azarosa y, en ocasiones, cuando llegaban se encontraban las puertas de la ciudad cerradas. ¿Era extraño que, en ese camino, a la distancia obligada por el alcance de los cañones de la ciudad que exigían un amplio espacio sin construcciones, libre de obstáculos; era extraño, resigo la frase iniciada, que se crearan allí, fuera de las murallas, algunas edificaciones? Tal vez fueran de marinos o pescadores cuyos horarios no fueran coincidentes con los de apertura y cerrado de las puertas de la ciudad. No lo sé, pero una vez creadas unas pocas casas, tampoco es extraño que hubiera alguna capilla.
La iglesia actual, llamada de San Magín, es del siglo XIX y sustituye a otra anterior, más pequeña, del siglo XVI y, antes de ésta, había un asilo de huérfanos con su capilla.
Cúpula con la clave dedicada a la Virgen
Asilo de huérfanos en el arrabal de Santa Catalina ... No sé porqué me viene a la cabeza el Colegio de Huérfanos de la Armada. ¿Son las profesiones de la mar proclives a dejar huérfanos? En verdad son, y sobre todo, eran peligrosas. Bien, pues en parte del solar ocupado actualmente por la iglesia, había un asilo de huérfanos con una pequeña capilla desde el siglo XIV. Y en esa capilla, una imagen de María, la Mare de Déu dels Orfans.
Fragmento del retablo de la Asunción
Hoy, en ese templo que llamamos de San Magín, pero cuyo nombre es "Iglesia de la Inmaculada Concepción", construída entre 1867 y 1920 por los maestros de obra Ferrà (Miquel Ferrà Font y su hijo Bartomeu Ferrà Perelló, queda, en una capilla lateral, junto al cuadro de San Magín, la imagen de la Mare de Déu dels Òrfans, como recuerdo de aquel asilo. En la capilla del lado opuesto, el Cristo de los Navegantes, que no sé si navegó mucho.
La Gran Enciclopèdia de Mallorca, vol. 10, en la voz "Mare de Déu", dice en relación a esta imagen de los huérfanos, que presidía el asilo de San Magín al menos desde el siglo XV; fue titular también de la Casa de les Minyones Orfenes, fundada en 1629 por Bartomeu Llull.
Mare de Déu dels orfans
Entre las decenas que esa voz indica, hay dos que me llaman la atención: La Mare de Déu del Bon Port, cuya capilla estaba junto a la Riera en Palma, pues hasta allí llegaba un brazo de mar donde atracaban barcas de pescadores; esta imagen, después de 1403 fue venerada en el claustro de Santo Domingo y cuando este convento fue derribado en 1838, pasó a la parroquia de Mancor de la Vall, donde aún está.
El otro nombre que me llama la atención es la Mare de Déu dels Navegants, que estuvo en el siglo XVII en la Lonja de Palma y pasó luego a la Catedral; pasó, en el siglo XVIII a la Capilla de San Benito.
El retablo principal de San Magín estaba antes en la Catedral y con la reforma de Gaudí, pasó a esta iglesia que entonces se estaba construyendo.
En la fiesta de la Asunción, la imagen yacente de la Virgen
Parece que hay un libro que cuenta la historia de este arrabal de Santa Catalina. Según me dice el párroco, se tradujo del castellano al catalán hace pocos meses. Desconozco su título, tal vez "El meu barri", no lo sé. Lo he buscado en los catálogos de las bibliotecas de Palma y no lo he encontrado. Si alguien lo conoce, por favor que me indique el título y el autor y si puede dejarme un ejemplar, mejor. Hay iglesias que tienen algún libro explicativo, pero en las bibliotecas sólo encuentro uno sobre la de Santa Cruz.
Al ser la festividad de la Asunción de María, había también el San Magín una imagen de Virgen yacente; proveniente de algún convento, pero ahora no sé bien de cuál.
fabian | 15 Agost, 2011 14:25
Cuando George Sand (1804 - 1876) viene a Mallorca (1838), España se encuentra inmersa en una guerra civil, la Primera Guerra Carlista (1833 - 1840).
El recorrido de la escritora por la península llega hasta Barcelona. En la primera edición de su libro "Un invierno en Mallorca", sólo aparece esta guerra carlista en un incidente ocurrido en Mallorca; pero en 1855, George Sand incluye al inicio del libro una carta dirigida a François Rollinat en la que hay unos párrafos relacionados con la guerra:
Nada te he dicho aún de Barcelona, donde hemos pasado, sin embargo algunos días bastante ocupados, antes de embarcarnos para Mallorca. Ir por mar de Port-Vendres a Barcelona con buen tiempo y en un buque de vapor, es un delicioso paseo. Volvimos a encontrar de nuevo en las costas de Cataluña el aire primaveral que en noviembre habíamos respirado en Nimes, pero que no habíamos encontrado ya en Perpignan; el calor del verano nos esperaba en Mallorca. En Barcelona una fresca brisa del mar templaba los rigores de un sol brillante, y barría de nubes los dilatados horizontes limitados en la lejanía por las cumbres de las montañas, unas, negras y peladas, otras, blancas, cubiertas de nieve. Hicimos una excursión por el campo, después de que los buenos caballos andaluces hubieron comido su buena ración de avena, a fin de que nos devolvieran rápidamente al interior de los muros de la ciudadela, en el caso de tener un mal encuentro.
Bien sabes que por aquella época (1838) los facciosos recorrían todo el país en bandas vagabundas, cortando los caminos, invadiendo pueblos y aldeas, imponiendo tributos hasta a los más insignificantes caseríos, domiciliándose en las fincas de recreo distantes aproximadamente media legua de la ciudad y saliendo de improviso de cada roquedal para pedir al viajero la bolsa o la vida.
Nos atrevimos, sin embargo, a bordear durante algunas leguas el mar y no encontramos más que algunos destacamentos de "cristinos" que iban hacia Barcelona. Se nos dijo que eran las mejores tropas de España, y en efecto, eran buenos mozos y no mal vestidos para venir de la guerra. Pero hombres y caballos estaban bastante delgados; unos tenían la cara tan macilenta y demacrada y los otros la cabeza tan baja y los ijares tan hundidos, que al verlos se sentía la angustia del hambre.
Un espectáculo más triste aún, era el que ofrecían las fortificaciones, levantadas alrededor de las más humildes aldeas y ante la puerta de las más humildes chozas. Unas veces un pequeño muro circular de piedra seca, una torre almenada, alta y maciza ante cada puerta, y otras, muros provistos de troneras, alrededor de cada tejado, atestiguaban que ningún habitante de estas ricas comarcas se sentía seguro. En muchos sitios estas pequeñas fortificaciones, en ruinas, tenían impresas las huellas recientes del ataque y de la defensa.
Una vez franqueadas las formidables e inmensas fortificaciones de Barcelona, no sé cuántas puertas, puentes levadizos, poternas y baluartes, nada nos sugería ya que la ciudad estuviera en armas. Tras la triple cadena de cañones y aislada del resto de España por el bandolerismo y la guerra civil, la alegre juventud de Barcelona tomaba el sol en la rambla, larga avenida bordeada de árboles y edificios como nuestros bulevares. Las mujeres, bellas, graciosas y coquetas, se preocupaban únicamente de los pliegues de sus mantillas y de juguetear con sus abanicos. Los hombres, fumando, riendo, charlando, flechando a las damas, comentando la ópera italiana, y sin preocuparse, al parecer, de lo que sucedía al otro lado de las murallas. Pero llegada la noche, terminada la ópera, mudas las guitarras y entregada la ciudad a los vigilantes paseos de los serenos, no se oían, sobre el monótono ruido del mar, más que los siniestros gritos de los centinelas, y las detonaciones, más siniestras todavía, que, a intervalos desiguales, se oían espaciadas de distintos sitios, repentinos o continuados, cerca unas veces, lejos las otras, y siempre hasta los primeros albores de la mañana. Entonces todo quedaba en silencio una o dos horas y los burgueses parecían dormir profundamente mientras se despertaba el puerto y la marinería comenzaba a rebullir.
Si las horas de esparcimiento y paseo osaba alguien preguntar qué eran aquellos extraños y pavorosos ruidos de la noche, se le respondía, sonriendo, que a nadie interesaba y que era más prudente no intentar averiguarlo.
Me resulta algo extraña la inclusión de esta carta 14 años después de publicado el libro, salvo porque George Sand quisiera poner una referencia clara a la situación histórica de esa estancia en Mallorca. Palma, como en otras ocasiones, no fue campo de batalla en esa guerra, pero sí sufría algunas consecuencias.: una población grande de refugiados atestaba la ciudad, en la que era difícil encontrar alojamiento, así como un encarecimiento de los costes de la vida diaria. Se queja George Sand de la falta de alojamientos, de la imposibilidad de encontrar muebles, así como de la carestía; en un principio achaca estas dificultades a un retraso social de Mallorca, aunque, en el mismo libro, indica la superpoblación en que se encuentra la ciudad.
En los capítulos en que narra su estancia en la Cartuja de Valldemossa, cuenta un pequeño incidente relacionado con la guerra carlista:
El carlismo de los campesinos de Mallorca no puede explicarse más que por razones materiales, pues es imposible, por otra parte, hallar una provincia menos unida a España por un sentimiento patriótico ni una población menos exaltada por el fervor político. A pesar de los votos secretos que hacían para la restauración de las viejas costumbres, no dejaban de estar aterrados por toda reforma, cualquiera que fuese, y la alarma que había puesto a la isla en estado de sitio en la época en que permanecimos allí, asustó tanto a los partidarios de don Carlos en Mallorca como a los defensores de la reina Isabel. Esta alarma es un hecho que pinta bastante bien, no diré la cobardía de los mallorqulnes (les creo capaces de ser muy buenos soldados) sino la ansiedad producida por la preocupación de la propiedad y por el egoísmo de no ver perturbado su descanso.
Un anciano sacerdote soñó una noche que su casa era asaltada por unos maleantes. Se levantó azorado; bajo la impresión de esta pesadilla despertó a su sirvienta. Ésta, participando del terror de su amo, y sin saber de qué se trataba, despertó a su vez, a todo el vecindario con sus gritos. El miedo se esparció por toda la aldea, y desde allí a toda la isla. La noticia del desembarco del ejército carlista se apoderó de todas las mentes, y el Capitàn General recibió la declaración del sacerdote, el cual, sea por vergüenza de desmentirse, sea por delirio de un espíritu atemorizado, afirmó que había visto a los carlistas. Palma fue declarada en estado de sitio y todas las fuerzas militares de la Isla fueron puestas en pie de guerra.
Sín embargo nada apareció. Ninguna zarza se movió, ninguna huella de pie extranjero se marcó, como en la isla de Robinson, sobre la arena de la playa. La autoridad castigó al pobre sacerdote por haberla puesto en ridículo, y en vez de mandarle a paseo como a un visionario, lo encarceló como a un sedicioso. Pero las medidas de precaución no fueron revocadas, y, cuando abandonamos Mallorca, en la época de las ejecuciones de Maroto, el estado de sitio se mantenía aún.
Nada más extraño que la especie de misterio con que los mallorquines parecían querer transmitirse unos a otros los acontecimientos que agitaban, en aquel tiempo, las tierras de España. Nadie hablaba de ellos, a no ser en familia y en voz baja. Es un país donde no hay. realmente, ni maldad, ni tiranía, es inconcebible ver reinar una desconfianza tan sombría. Nada he leído tan divertido como los artículos del Diario de Palma, y siempre he lamentado no haberme llevado algunos números como muestra de la polémica mallorquina. Pero he aquí, sin exageración, la forma en que, después de haber dado cuenta de los hechos, se comentaba su sentido y su autenticidad:
«Por probados que puedan parecer estos argumentos a los ojos de las personas dispuestas a recogerlos, no sabríamos dejar de recomendar a nuestros lectores que esperasen la continuación antes de juzgarlos. Las reflexiones que se presentan al espíritu en presencia de semejantes hechos merecen ser maduradas en espera de una certeza que no queremos poner en duda; pero lo que no queremos hacer, en forrna precipitada, son imprudentes aseveraciones. Los destinos de España se hallan envueltos en un velo que no tardará en ser levantado pero sobre el que nadie debe poner imprudentemente su mano antes de tiempo. Hasta entonces nos abstendremos de emitir nuestra opinión y aconsejamos a todos los espíritus sensatos que no se pronuncien sobre los actos de los diversos partidos antes de que la situación se dibuje de una manera más clara, etc., etc.»
La prudencia, y la reserva, son por confesión propia de los mismos mallorquines, la tendencia predominante de su carácter. Los campesinos si os encuentran en el campo no dejan de cambiar con vosotros un saludo, pero si queréis trabar conversación, sin ser ya conocidos, se guardan muy bien de contestar aunque se les hable en su misma lengua. Basta que tengáis aire de extranjero para que os teman y tuerzan el camino para evitaros.
Bien, pues éstas son las referencias a esa guerra que entonces había en España que realiza George Sand. Guerra que también aparece en los libros de otros viajeros de esos años.
fabian | 11 Agost, 2011 09:38
Parc del Mar
Les ones ja no rompen, alteroses,
amb rodolar patent
allà on rompien, hivernals,
vora els antics, solemnes,
pescadors de llises,
dreçats, damunt els imbornals de la ciutat,
ara amb qualitats d'estàtua dins el record
mig d'apagada sal, mig fantasmal.La nova esplanada al peu de la murada,
trasbalsa la memòria
del subjecte insignificant de l'oració,
que no en traurà, consistents,
els sentiments d'aleshores.Les llises, forçosament, s'han desplaçat.
Però m'ha sorprès un estol de blancs
o gavines parades
on era mar i ara és terra i més de dos bassiots.(Bartomeu Fiol (1933 - 2011): "Camp Rodó", 1973)
Parque del Mar
Las olas ya no rompen, altivas
con rodar patente,
allí donde rompían, invernales,
cerca de los antiguos, solemnes,
pescadores de "llises",
erguidos sobre las alcantarillas de la ciudad,
ahora con cualidades de estatua en el recuerdo,
mitad de mortecina sal, mitad fantasma.La nueva explanada, al pie de la muralla,
trastorna la memoria
del sujeto insignificante de la oración,
que no obtendrá, consistentes,
los sentimientos de entonces.Las llises, forzosamente, se han retirado.
Pero me ha sorprendido una bandada de blancos
o gaviotas quietas
donde era mar y ahora es tierra y más de dos charcos.(Bartomeu Fiol (1933 - 2011): "Camp Rodó", 1973)
La Biblioteca Pública homenajea al poeta exponiendo su obra
Wikipedia: Bartomeu Fiol
Diario de Mallorca: Fallece Bartomeu Fiol, uno de los grandes poetas renovadores de la lengua catalana (10/08/2011)
Nadal Suau: Bartomeu Fiol: maneras y obra (elmundo.es, blog: "Nunca pasa nada" 09/08/2011)
Última Hora: Muere el poeta Bartomeu Fiol, autor de referencia de la literatura catalana actual (09/08/2011)
fabian | 10 Agost, 2011 15:36
De nuevo la Virgen de Agosto y las iglesias de Mallorca recuperan la antigua tradición de las imágenes yacentes de la Virgen. Ya, desde el año pasado, una web, en tres lenguas, L'Assumpció de la Mare de Déu (Exposició dels llits de la Dormició de la Mare de Déu a Mallorca), además de explicar esta costumbre, indican las iglesias donde se exponen estas imágenes.Este año creo que S'Arracó recupera una imagen del siglo XVI, obra de Joan de Salas, y también Montuiri.
Imagen del antiguo y desaparecido convento de l'Esperit Sant
Hay también una noticia: la concesión de la Medalla de Oro de la Fundación Amics del Patrimoni al Taller de Restauración del Obispado de Mallorca, concesión que me alegra pues realizan una magnífica labor que está manifiesta en estas imágenes de la Virgen yacente, así como en otras muchas obras que van restaurando.
Recojo un trabajo que miembros de este taller realizó, lo escaneo, lo monto en un pdf y lo subo a la Red. Se trata de Mostra de Marededéus dormides (Del gòtic al renaixement), folleto de la exposición que realizaron en diciembre del 2010 del que publiqué Exposición Vírgenes Yacentes en el Diocesano (17/12/2010). De este folleto, traduzco algunos párrafos.
Imagen de Santa Eulalia
Una de las representaciones escultóricas más identitarias del patrimonio cultural religioso en Mallorca es la imagen yacente de la Virgen María Dormida, vinculada a la celebración de la fiesta de la Asunción el día 15 de agosto, y que todavía mantiene su vigencia y tradición en cualquier parte de la diócesis mallorquina.
Aunque desde el siglo XIV la advocación asuncionista había arraigado en Mallorca, no es hasta mediados del siglo XV, cuando se empezó a extender la costumbre de celebrar la fiesta de la Asunción con carácter escenográfico. Desde la Catedral de Mallorca el protocolo de la nueva celebración litúrgica se extendió por toda la diócesis, conformando la imagen mariana en posición yacente y adormecida, el núcleo compositivo de una escenografía que incluye el ritual procesional y la instalación de un conjunto monumental en catafalcos o lechos rodeados de ángeles, cirios y albahacas, y a menudo cubierto por un palio.
Imagen del desaparecido convento de Santo Domingo de Palma, actualmente en la parroquia de BinissalemLa presente muestra se centra en ocho imágenes de las más representativas del inicio y consolidación de esta tradición en Mallorca, entre el gótico y el renacimiento, correspondientes a finales del sigle XV y a todo el sigle XVI, procedentes de la Catedral de Mallorca, parroquias de santa Eulalia y san Miguel de Palma, parroquias de Binissalem (originaria del desaparecido convento de santo Domingo de Palma), Valldemossa y Campos, así como de los conventos palmesanos del Espíritu Santo (hoy desaparecido) y de la Concepción. Las imágenes marianas han tenido un proceso de intervención en cuanto a conservación o restauración según los casos, para esta exposición en el Museo Diocesano de Mallorca.
Imagen de la parroquia de Campos
En el folleto de la exposición se indican autorías de estas esculturas, así como fechas. En labor de años se han ido rescatando del olvido y restaurando por este equipo del Taller del obispado y, gracias a ARCA y a otras instituciones, vamos conociendo las imágenes y su historia.
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fabian | 09 Agost, 2011 15:05
En Mallorca hay bastante afición por la música. Ello se manifiesta por la existencia en muchas poblaciones de una banda (instrumentos de viento y percusión) y de un coro o coral de música vocal a varias voces, muchas de ellas de buena calidad.
Lo que apenas hay en Mallorca es información., pese a algunos esfuerzos de personas individuales. Desconocemos a los compositores de las islas, su obra e, incluso, pese a los encuentros y conciertos que apenas se anuncian. Tampoco, me parece, usan Internet. No he encontrado muchas grabaciones sonoras. Irina Coromoto pone algunas con alguna frecuencia. El Orfeó Mayurqa ( web , Canal en YouTube) ha subido hace pocos días unos vídeos con composiciones de A. Martorell o Joan Maria Thomas.
Ya digo que no es fácil sobre temas mallorquines encontrar información, aunque seguro que la hay distribuída en muchos libritos. A comienzo del actual milenio, El Mundo - El Día de Baleares editó una "Historia de las Islas Baleares" en 20 tomos de pequeño tamaño que se distribuían junto al periódico. Interesante en ellos era que las artes no estaban fuera de ellos y, de manera sucinta, en forma de artículos cortos firmados por especialistas, aparecían muchos temas. Los músicos de las islas, así como los grupos o asociaciones musicales estaban presentes en sus páginas. Recojo la parte relacionada con los primeros coros que hubo en el siglo XIX:
Las primeras manifestaciones corales no vinculadas directamente con las capillas eclesiásticas ni a las representaciones operísticas se produjeron en Mallorca con la fundación de la Sociedad Coral Palmesana en 1866. En 1867, Joan Goula Soley, compositor, director, maestro de canto y empresario teatral amigo y colaborador de .Anselmo Clavé, impulsó la creación del Orfeón Republicano Balear, que formó parte desde el primer momento de la Asociación de los Coros de Clavé.
En 1892, dicha asociación visitó Palma y ofreció tres conciertos los días 5, 6 y 7 de junio, dirigiendo el del día 6 el maestro Goula en la Plaza de Toros y pudiendo oír el público mallorquín a una gran masa coral en concierto.
El Orfeón Republicano Balear participó, como miembro de la Asociación de Coros de Clavé, en la gira que hizo esta entidad por Valencia el año 1893 y en la que hizo a Bilbao en 1895. El Orfeón, como las otras entidades de la Asociación, ofrecía serenatas, cantaba conciertos con obras de Clavé y participaba en sesiones de baile como las de carnaval.
Otros coros en activo, aunque de menor peso, fueron el Cor de l'Associació de Católics de Palma, fundado en 1869, la sección vocal del Cercle d'Obrers Catòlics de Palma (1878), el Orfeó de la Misericòrdia (Palma, 1886) y el Orfeó de la Societat Lul·liana de Porreres (1886), todos adscritos a entidades religiosas y utilizados para hacer apostolado.
En 1897, el compositor A. Noguera funda con A. Pont la Capella de Manacor siguiendo el influjo del Orfeó Cátala (recuperación del reperiorio histórico de la polifonía clásica, incorporación del repertorio coetáneo europeo, creación de un repertorio propio nacional y adaptación de piezas de música tradicional), siendo sus actuaciones un acontecimiento cultural con resonancia en toda la isla.
Por empatía con esta renovación coral, surgirán el Orfeó Mallorquí (1899) y el Orfeó de la Protectora (Palma. 1899).
Otras agrupaciones vocales dignas de mención son el Orfeó de Porreres (1893), la Societat Coral la Campana (1894), el Orfeó Llucmajorer (1895), el Orfeó Pollencí (1897), Massa Coral la Constància (1899), el Cercle Instructiu Obrer (1893), y el Orfeó Mercantil de Palma (1900).
La actividad coral en Menorca la protagonizaron el Orfeó Mahonés (1890), que formó parte de la Asociación de los Coros de Clavé a partir de 1893, y el coro Lo Progrés de Mahón que en 1894 formaba parte de la misma asociación.
Merece también un especial comentario el hecho de que es precisamente en esta misma época cuando tiene lugar la refundación de la Escolanía de Lluc (1892), puesto que los blavets de ahora son el fruto de esa restauración (después de décadas de crisis crecíente en el santuario, el obispo Jacint Servera Servera obligó a la Congregació de Missioners dels Sagrats Cors a trasladarse a Lluc, lo que conllevó la recuperación de los blavets).
Xavier Carbonell: "Las bandas y los Coros", en "Historia de las Islas Baleares", tomo 19. El Mundo - El Día de Baleares, 2006
Bien, pues es una alegría poder añadir algún artículo en esta categoria que siempre se queda corta. Ojalá también otras agrupaciones subieran sus grabaciones - la Sinfónica, las bandas, etc. - sobre compositores de las islas y pudiéramos conocerlos no sólo a través de la palabra escrita, sino, sobre todo, por su música.
fabian | 08 Agost, 2011 17:11
Suena el viento tras mi ventana. Es un bramido grave, el correteo y choque del aire entre y contra los edificios. ¿Suena igual el viento en la ciudad que en campo abierto? Cada ráfaga es un bramido claro de aire en movimiento fregando paredes, muros.
La naturaleza adquiere un sentido cuando es desctrita por los románticos. Y quizás fue George Sand quien dejó bellas páginas sobre la natura de esta isla, especialmente en su refugio de una cartuja casi desierta, abandonada por ley de esos cartujos de pasos silenciosos. Como sonido reinante, avasallador, está el silencio que los cubre todo; sólo algún día, alguna tarde, el golpeteo de la lluvia y en alguna ocasión, el viento. ¡Qué casualidad que en esta tarde de hoy el viento me llega en su valor real recorriendo la ciudad y en su valor literario a través de la palabra de la escritora que está describiendo los claustros de la Cartuja de Valldemossa:
La Cartuja de Valldemossa, grabado de G. Vuillier
Este tercer edificio, que debería llamarse el primero por ser el más antiguo, es también el más pequeño y ofrece un aspecto encantador. El patio que circuyen sus rotos muros es el viejo cementerio de los monjes. Ninguna inscripción señala estas tumbas, que abría el cartujo durante su vida y donde nada podía disputar su memoria a la nada de la muerte. Las sepulturas están apenas indicadas por un césped algo más alto. M. Laurens ha reflejado la fisonomía de este claustro en un delicioso dibujo en el cual he vuelto a contemplar con un placer increíble, el pequeño pozo con su tejadillo en punta, las ventanas con crucetas de piedra de las cuales penden en festones todas las hierbas vagabundas de las ruinas, y los grandes, verticales cipreses que se elevan en la noche como negros espectros alrededor de la cruz de madera blanca. Siento que no haya visto levantarse la luna tras la bella montaña de granito, color de ámbar, que domina este claustro y que no haya colocado en primer término un viejo laurel de enorme tronco y copa desecada, que tal vez no existía ya cuando visitó la Cartuja. Pero he hallado en su dibujo y en su texto una mención honorífica de la hermosa palmera enana (chamaerops) que defendí contra el ardor naturalista de mis hijos y que es posible que sea uno de los ejemplares más vigorosos de Europa en su especie.
Antiguo cementerio de la Cartuja de Valldemossa. Grabado de LaurensAlrededor de ese pequeño claustro se hallan las antiguas capillas de los cartujos del siglo XV. Están cerradas herméticamente y el sacristán no las abre a nadie, circunstancia que excitaba nuestra curiosidad. A fuerza de mirar a través de las rendijas, hemos creído advertir restos de hermosos muebles y de esculturas muy antiguas. Acaso podrían hallarse en estos desvanes muchas riquezas enterradas a las que nadie en Mallorca ha de preocuparse de quitarles el polvo.
El segundo claustro tiene doce celdas y doce capillas como los demás. Sus arcos tienen, en su estado ruinoso, mucho carácter. No tienen ya base alguna y cuando los atravesábamos al anochecer en que soplaba el vendaval, encomendábamos nuestra alma a Dios, pues no pasaba huracán sobre la Cartuja que no hiciera caer un trozo de muro o un fragmento de la bóveda. Jamás había oído al viento hacer resonar sus lamentables voces, ni lanzar aullidos tan desesperados como en estas minas agrietadas y sonoras. El rumor de los torrentes, la carrera precipitada de las nubes, el inmenso y monótono clamor del mar interrumpido por el silbido del viento, las quejas de las gaviotas llenas de espanto, perdidas entre las violentas ráfagas; después, grandes nieblas que caían de repente como un sudario y que penetraban por los arcos rotos, haciéndonos invisibles, y convirtiendo la lamparilla que llevábamos para guiarnos en un fuego fatuo errante bajo las galerías, y otros mil detalles de esta vida cenobítica se amontonan a la vez en mi recuerdo. Todo esto hacía de esta Cartuja el lugar más romántico de la tierra.
Pues sopla el viento esta tarde, sus ráfagas chocan contra los edificios de la ciudad y suena un bramido grave como si se fregara contra las paredes y muros de torres y casas. A veces es difícil encontrar un texto sobre el viento.
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