fabian | 27 Novembre, 2008 18:17
Tardes frías en las que resulta agradable sentarse junto a una camilla con brasero y leer un libro.
Ha llegado a mis manos el libro de Juan Pou Muntaner titulado "La Marina en las Baleares (Síntesis histórica)", editado en 1977. Recorro sus páginas y en un cuaderno apunto unos pocos datos.
La incorporación del reino de Mallorca en la corona de Aragón coincidió con una profunda decadencia de la Marina de las islas que duró hasta finales del siglo XVIII. La piratería, la acaparación del comercio del Mediterráneo por las ciudades italianas y la no partición en las rutas americanas, entre otras causas, produjeron que la producción naval en las islas fuera pequeña.
En el siglo XVIII comienza a cambiar la situación pues disminuye la piratería en la segunda parte del siglo; en 1778, Carlos III impulsa la construcción naval y en 1782 abre el mercado americano a los puertos del Mediterráneo. En 1778, se constituye en Palma la Real Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País, que impulsará el comercio y la navegación. En 1782, el capitán Jaime Capó sale de Palma con el primer navío mallorquín que realizó la ruta oceánica. Entre 1787 y 1793 hay un auge en la construcción naval en Palma. En 1788 Palma cuenta con 308 embarcaciones, la mayoría de poco tonelaje y unas pocas con más de 30 toneladas y con capacidad de atravesar el océano. Sin embargo, la guerra de la independencia de los antiguos virreinatos frustra la esperanza.
En el primer tercio del siglo XIX apenas hay comercio naval ni construcciones en los astilleros. Pero es en el segundo tercio del XIX cuando se da la máxima actividad comercial y astillera. No sólo se comerciará con Cuba, Puerto Rico y las Filipinas sino también con los nuevos países americanos. Pero es también en este segundo tercio del XIX cuando surge el vapor que irá eliminando la navegación a vela que, a lo largo del último tercio del XIX sufrirá una paulatina pero profunda decaída y el comercio naval a vela verá su final a final de siglo con el desastre de 1898. Así que fue en el segundo tercio del XIX el período de mayor construcción naval y de mayor comercio atlántico desde Mallorca. En 1856 había con insignia mallorquina 158 veleros de más de 60 toneladas, de los cuales 9 eran de más de 500.
Parecía que la navegación a vela había acabado cuando, a raíz de la Gran Guerra (1914 - 1919), los costes de la navegación a motor alcanzarían altos fletes y las navieras retornaron a las embarcaciones a velas que pudieran incluir también motor. Y así, por unos pocos años, los astilleros de Mallorca vuelven a funcionar y, entre 1916 y 1920, se construyen en Palma unos 20 grandes veleros, alguno de los cuales aún navega en travesías turísticas. De ellos ya puse en estas páginas el Sant Mus y hoy añado la corta historia del "Capitán Planas".
Bergantín - goleta de tres palos. Construído en el astillero de Planas, Pizá y Cía en las instalaciones de S'Aigo Dolça de Palma. Botado el 19 de mayo de 1919. Su vida fue corta pues el 21 de junio de 1923, fondeado en la bahía de Alcudia frente a la isla de Porros, una fuerte racha de viento a las 2 de la noche, le desprendió el ancla y quedó embarrancado junto a la isla, totalmente destrozado.
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