fabian | 04 Desembre, 2006 16:39
Continúo con el texto escrito por don Pedro de Alcántara Peña en el Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana de Noviembre de 1891 que inicié en Inundación de la Riera de Palma en 1403 (I).
En el artículo anterior se contaba lo ocurrido en la aciaga noche del 14 de Octubre de 1403 en que el torrente de la Riera, que entonces pasaba por el interior de Palma, anegó y arrasó parte de la ciudad baja y murieron 5500 habitantes, además de destruir gran número de casas.
En el fragmento de hoy, don Pedro de Alcántara Peña nos describe el recorrido de la Riera en aquel entonces y las causas de la destrucción de las viviendas. Para facilitarlo de alguna manera, añado fragmentos del Plano de Palma de Pedro Alcántara Peña 1869.
Inundación de la Ciudad de Mallorca (Palma) en el año 1403
por Pedro de Alcántara Peña
La actual calle de la Plaza de Toros, hoy desierta, era entonces de mucho movimiento como la primera que se encontraba al penetrar en la ciudad por dicha puerta Plegadissa, y esta calle atravesando la casa de su frente hasta llegar a la Rambla quedaba unida con la de San Jayme por medio de Un puente sobre la Riera, dejando a su izquierda la calle de los Olmos con una acequia pública en su costado Sur de bastante elevación que formando salto de agua movía un molino harinero que hace pocos años funcionaba aún. Desde el puente indicado seguía la calle junto al cauce del torrente corriendo en dirección un poco diagonal con la Rambla, hacia la pared que cierra el convento de Santa Madalena en su porción situada frente el patio más cercano al Sur del cuartel actual. En esta parte, como en la restante del trascurso del torrente por el interior de la población, su cauce era mâs angosto que en la parte exterior de la ciudad, viniendo a tener solamente la latitud media de 10 a 16 metros. El terreno restante estaba cerrado con tapias que cercaban los huertos o corrales de las vecinas casas, menos en donde la antigua y gótica iglesia del Carmen tenía su puerta de entrada, en cuyo sitio formaba la calle una pequeña plazuela adornada con un grande álamo. Esta iglesia antigua estuvo situada cerca de la actual esquina del cuartel, y en dirección de Poniente a Levante; y era de menores proporciones que la moderna que hemos conocido en la primera mitad del presente siglo y que estaba situada en sentido transversal a la antigua, o sea de Sur a Norte en dirección de la Rambla actual.
Parte superior de la Rambla en 1869 y Plaza de TorosAl llegar la Riera a la plazuela del Eccehomo formaba su cauce una inflecsión para dirigirse hacia el patio o atrio de la iglesia de las Teresas; no existente aún, y las casas que había en su orilla derecha, anteriores a las de Pisos y sus vecinas, avanzaban más hacia el centro de la Rambla dejando libre la boca calle que tenía entonces en la Rambla la calle de las Capuchinas. Desde las Teresas continuaba el cauce casi por debajo las primeras crugías de las casas llamadas hoy de "Cererols y del Francés", propiedad ahora de los Sres. Coll y Reynés, hasta llegar a la plazoleta nombrada de las Banderas, en cuyo punto hacía otra inflecsión para introducirse por debajo el área que ocupan las casas de la acera del Teatro. Al llegar al corral de lo que fue casa de Comedias desviaba de nuevo su curso, pasaba por la acera del Norte de la Plaza del Teatro, cruzaba la de Truyols, salía al Mercado, se dirigía hacia el centro del mismo y punto en donde existe hoy día un depósito de agua en forma de pedestal, y dejando a su izquierda el antiguo Mercado (Mercat del fil) y formando una curva se dirigía a la casa del boticario Sr. Fiol. Desde este punto seguía formando una curva contraria a la anterior por la misma acera actual de la parte Sur de la calle de la Unión, lamiendo la casa de Brondo, la de la farmacia del Sr. Barceló y la del café de Oriente fronterizo a la fuente de las Tortugas, continuando después recta por la misma acera por delante la entrada de la calle de Jovellanos, edificio antiguo de la Administración de Hacienda y boca calle del Borne, antiguamente "Voltas del Born", hasta la casa del Sr. Sitjar, en cuyo sitio pasaba a la acera de Oeste de la calle de la Marina hasta llegar a la orilla del mar frente la esquina de la casa llamada de Moyá, en cuyo sitio no existía aún la explanada moderna del Muelle ni tan siquiera el mismo muelle que llamamos viejo. Las casas situadas en esta acera, lindantes con el cauce no tenían portal alguno que saliera al mismo; sus puertas principales y fachadas estaban situadas todas en la calle del Mar, y los fondos de estas casas eran los que lindaban con el cauce de la Riera que a partir de la calle de Apuntadores iba ensanchándose paulatinamente en forma de ría en la cual penetraba el mar. La tapia vieja o bancal que sostenía y cerraba el Huerto del Rey era entonces continuación de la alineación de la fachada del cuartel de Caballería, destinado a Atarazana; y limitaba por la parte del levante el indicado cauce.
Zona de la Plaza del Mercado y alrededoresLa calle del Mar tenía caserío en ambos costados hasta llegar a una pequeña plazoleta que existía frente al edificio del Estanco principal de Hacienda, formando manzanas correlativas con las hoy existentes. Junto a la plazuela indicada estuvo al parecer situada la cubierta o edificio que llamaron "Carneceria de baix", hacia la calle de las Carassas. Ésta, llamada hoy de San Felio, continuaba a través del Borne o de las voltas del Born y al través de la casa de las Miñonas hasta unir con la de la Birretería. Frente las casas de Zaforteza, Desbrull, hoy Centro Militar, y Sollerich había una manzana de casas de grandes dimensiones que se extendía hasta el mismo cauce de la Riera invadiendo la mayor parte del actual Paseo (f). La casa del Marqués de Dameto avanzaba hacia dicho cauce hasta llegar a reunir en un mismo punto, que era la cabeza de otro puente, las calles de Cifre y de la Concepción que por medio del mencionado puente comunicaban con la calle de Jovellanos. La pequeña manzana que separa las calles de la Concepción y de Zagranada, antes de su cruzamiento, vecino a la entrada de las mismas, era más dilatada que ahora, extendiéndose sobre el solar del Borne, probablemente en dirección a la fuente de la Princesa vulgo de las Tortugas.
En la calle de la Unión, las casas del Norte de la misma juntamente con las del Mercado avanzaban hacia el centro de la vía. Las calles de Yeseros y del Mercado o de la Piedra eran más largas, puesto que su manzana intermedia se extendía sobre porción del actual Mercado hasta alinearse con la calle de la Unión y parte posterior de la iglesia de San Nicolás. Quizás también la calle de Orfila continuó con caserío en ambos costados hasta llegar al arco que da entrada a la calle de Santacilia. Había también caserío edificado en los huertos de las casas de Truyols, ahora de Ribot, y del Marqués de Campo franco vulgo Can Poyo, caserío que se extendía hasta el mismo cauce, cruzado por la continuación de la calle del Huerto del Sol, hoy sin salida, que llegaba hasta empalmar con otro puente, no demostrado pero presumible, para dar acceso a las calles de Arabí y de Cintes. Las casas de la parte oriental del Borne eran los fondos de las situadas en la calle de Pelayres, llamada entonces Calle nueva, teniendo en ella sus entradas y fachadas principales, utilizando los tejedores de lana la parte de su fondo que daba a la Riera para sus lavados y tinturas cuyas aguas sucias iban a parar al torrente. Aún hoy día vense en esta calle las entradas principales de las casas llamadas de Sitjar, del Olivaret y otras que tienen sus vistas hacia el Borne.
Zona del Muelle y calle de la Marina en el plano de 1869Los destrozos no reparados son la causa de existir en el centro de nuestra población los dilatados espacios del Borne, Mercado y Rambla con su plazuela del Carmen que hemos visto reedificar en parte en nuestros días. Suprimamos las edificaciones importantes de casa del Francés, casa Cererols, casas de la acera del Teatro, el mismo Teatro, la isleta de Moragues, construída según datos probables en forma de cobertizo después de la inundación para sustituir la derruída Carnecería de baix, las casas de los huertos de Ribot y Campo franco y estos mismos huertos, las casas del fondo del Mercado, las de la parte Este del Borne y muchas de la calle del Mar; y este espacio se hace dilatadísimo, ofreciendo una idea más aproximada de lo que fue el suelo de la población de Palma después de la horrorosa inundación que arrancó de cuajo más de 1.500 casas. ¡Cuánto dolor, cuánto infortunio, cuánto lamento, cuánto hecho heroico y cuánta pavorosa escena de desolación y muerte que han quedado borrados por el tiempo! ¡Noche terrible para Palma la del 14 de Octubre, que nadie recuerda ya!
La causa determinante de tanta ruina, de tanta pérdida de bienes, de tanta mortandad de personas durante aquella aciaga noche fue poco más ó menos la misma que motivó durante el presente otoño los horrores y desgracias de la villa de Consuegra. En esta todas o la mayor parte de sus casas tenían construidas sus paredes con adobes. En Palma los muros de sus edificios eran de tapia a partir de sus cimientos, y tan luego como el nivel del agua subió par ellos y penetrando en el interior del grueso de sus muros reblandeció la tierra de las tapias, demolíanse las casas por su propio peso, arrastrando entre sus escombros y fango a todo su contenido en muebles y personas. Los lugares que más sufrieron no fueron solamente los que llevamos mencionados sino que además buscando la corriente atajos para llegar más pronto al mar hizo también grandes destrozos en las calles de las Capuchinas, de Oliva y de Pueyo, de Puigdorfila y Pelaires y en cuantas encontró poco elevadas sobre el nivel del mar.
Hemos podido deducir esta causa, completamente ignorada en la época presente, de la observación que hemos podido hacer en la escasa porción de edificios anteriores al siglo 15 que por encontrarse en terrenos altos se libraron de la catástrofe. Estos edificios tenían sus muros de tapia a partir del suelo natural, mas en los edificios de construcción posterior, particularmente en los del siglo 15, hemos notado que sus muros tapiales arrancan de la altura del piso principal, descansando sobre un duro muro de sillería de unos 70 centímetros de espesor que constituye toda la edificación del piso bajo. Este cambio en el sistema de construcción, del siglo 14 al 15, es bastante elocuente para deducir del mismo con visos de certeza la causa principal de los desastres ocasionados por aquella grande y horrorosa inundación.
Pedro de A. Peña.
Palma 17 de Noviembre de 1891.
Notas:
(a) La Puerta Plegadissa no estuvo situada en el punto que ocupa la actual puerta de Jesús, sino algo más al Este.
(b) El Borne no existía aún, como demostraremos más adelante.
(c) La equivalencia del palmo con el metro es la de que 1 metro es igual a 5 palmos y 115 milésimas.
(d) Las tablas referentes a este suceso son dos, que pueden verse en los pilares que están frente la capilla de la Corona, y entre las dos tablas y pilares espresados están enterrados los restos podidos haber de tantos náufragos.
(e) Se conserva esta clave empotrada en uno de los muros del atrio de la casa Consistorial.
(f) En una relación de los terrenos y casas que comprendía la Jurisdicción del "Pariatje" que disfrutaba el Obispo de Barcelona se lee lo siguiente:
Mas: En la ciudad y parroquial de Santa Cruz tiene en allodio el territorio de la Plaza del Borne que antiguamente estuvo ocupado con edificios y casas que se hallaban desde el puente de la Carnecería hasta la puerta llamada del Alfondez de Berga de una parte, y de otra la calle de la Parayria, la de los Sastres y la de la Mar, que es de la porción y allodio del Señor Obispo y con el diluvio que sucedió en 14 de Octubre de 1403, entre las cuatro o cinco de la noche, fue la ruina de dichas casas; y procurando los Jurados de la ciudad allanar dicho espacio para plaza por los torneos y fiestas públicas, salió el procurador del Señor Obispo de Barcelona para poder establecer y reedificar en dicho espacio con intervención del Síndico de la ciudad y se declaró por el Juez del Pariage con provisión de 25 de Mayo de 1418 que por ser en allodio v porción del Señor Obispo no pudiese ser impedido para que se levantasen dichos edificios y que se cerrase la plaza dejando las calles según consta en el Libro extraordinario de la Curia de 1520, fol. 120.
El texto, para mí, es prolijo y difícil debido a los conocimientos que exige en cuanto a nombres de calles y de propiedades; pero, pese a ello, me ha parecido interesante y lo he reescrito aquí con la creencia de que puede interesar a alguien más. El conocimiento de la propia ciudad y su historia nos ayuda a comprenderla y a estimarla.
(Segueix)fabian | 04 Desembre, 2006 09:03
Fuente: BOIB núm. 148 / 2005
Fecha publicación: 06 / 10 / 2005
Órgano de San Nicolás
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