fabian | 05 Setembre, 2006 19:54
Todos sabemos que hay buenos y malos tiempos o al menos así nos lo enseñaban cuando nos hablaban de períodos de vacas gordas y de vacas flacas. Y es importante saberlo porque, sin llegar a las vacas flacas, en los momentos de desánimo es cuando no hay que tirar la toalla sino tener recursos - rutinas y proyectos en marcha principalmente - para superarlos.
El vals, ¡ah el vals!, siempre es optimista e invita a la alegría y al ánimo. Escuchar valses es un recurso para los tiempos de decaimiento. No es suficiente pues es incluso más importante tener proyectos en marcha y que las rutinas para su seguimiento funcionen. Pasear, dar largos paseos es también una forma de amar la vida e ir descubriéndola paso a paso.
Hoy se nos ha caído la noche mientras paseábamos. Por encima de la quebrada línea del horizonte urbano la luz todavía resplandecía mientras en lo profundo de los callejones ya la oscuridad estaba presente en esos momentos raros en que no es ni día ni noche y la vida se extraña de carecer de esencia. Veníamos del otro extremo de la ciudad, de esa ciudad vieja llena de callejones donde las voces se oyen rebotando entre paredes y muros. Una pareja, entregaba a unas monjas una cesta de huevos; al preguntarles, ella me ha contado que es tradición entregar unos huevos a las clarisas para que la boda, el próximo sábado, vaya bien. Jovialidad y optimismo encarnando antiguas tradiciones que la razón no entiende como la extraña mezcla de noche y día en que las sombras se han perdido.
Llegamos a la ciudad nueva cansados. La luz de las farolas es aquí ya potente y han desaparecido las penumbras de calles casi vacías con los comercios ya cerrados. Aquí, bajo estas luces, lleno de gentío en una plaza donde varios tiovivos pasean a niños que gritan y sonríen, aquí, en esta plaza donde mujeres y hombres, sentados a la fresca charlan animosamente, aquí parece no haber noche. Las penumbras no existen en esta populosa plaza.
Abro la puerta del portal y ese mundo desaparece. Nuestras rutinas funcionan y en pocos momentos tenemos la cena puesta. Se nos ha hecho tarde y nuestros horarios, coincidentes con los de las aves ya recogidas en sus árboles, se han descompuesto. Noches. Buenas noches.
fabian | 05 Setembre, 2006 14:45
Na Maria Enganxa y el Gegant des Macolí
Na Maria Enganxa
Conten que dins sa Font de Santa Margalida hi viu una bella i misteriosa dona, que per encanteri d'una mala fada, que estava gelosa de la seva bellesa i galania, la condemnà a viure per sempre dins els carrerons que hi ha baix de sa Font. Des de llavors, tresca per aquells passadissos mullant les seves vestidures dins les fredes aigües de sa Font.
Ai! d'aquell que gosa endinsar-se per algun dels portalets que haureu reparat hi ha davallant per l'escala, un a mà dreta i l'altre a l'esquerra, perquè na Maria, que sempre vetlla, surt del seu amagatall i amb un ganxo de collir figues l'enganxa per una cama i ... alça per endins falta gent! Diuen que només a mitjanit dels vespres de lluna, si gosau davallar dins sa Font i mirar l'aigua que hi ratja veureu clarament reflectida la seva bella imatge.
Gegants de Felanitx (Díptico)
Recién estrenados, pues fueron presentados en Felanitx el 19 de julio, acudieron a la X Trobada de Gegants de Palma esta pareja de gigantes. Los miembros de la Colla de geganters, con faja negra y niqui verde, repartían un díptico con las rondaies o leyendas que, como nos cuenta Candido se leyeron el día de su presentación antes del baile inaugural.
El Gegant des Macolí
Diuen que un temps hi havia gegants damunt el puig de Sant Salvador.
Un d'ells un horabaixa se'n pujava a les cases, daixo-daixo, i a mitjan pujada sentí cosa dins l'avarca.
La se despassa de davant, i li cau un macolí d'unes dimensions que no us podeu ni immaginar, i seguí per amunt.
Allà on va caure el macolí, allà romangué, i encara ara hi és: se diu el macolí des gegant, una rocassa com unes cases.
Com pujau a Sant Salvador, el trobau a sa vorera del camí, un poc passat l'alzina.
El pie descalzo del gigante con la abarca en la mano y miembros de la colla
En el díptico también se indica que la altura es de 3,67 metros el gigante y 3,60 la giganta. Desconozco sus pesos ni quiénes han sido sus creadores.
En Internt hay un par de páginas en las que se habla de ellos, tal como la de Candido en su [l'Arxiu de Cultura Popular] o la de joan genis. Pueden encontrarse fotografías realizadas por Candido y Potti en el apartado de "gegants i capgrossos" de festimatge.skamot.com.
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