fabian | 04 Desembre, 2005 18:31
Durante varios años los sábados era nuestra tarde de cine ya que dedicábamos unas cuantas horas a ver la película que grabábamos del programa de José Luis Garci, cuyo título no recuerdo ahora. Así que vimos muy buenas películas y sus comentarios. Luego lo dejamos y ayer vimos esta película, Moulin Rouge dirigida por el muchas veces interesante John Huston en 1954. Esta película, quizás no siendo de las mejores, me ha interesado y hecho reflexionar.
Se centra en la figura del pintor francés Henry Toulouse Lautrec (1864 - 1901) en su última década de vida.
Henry era hijo de un aristócrata que tuvo de niño un accidente en que se rompió las piernas y, debido a una enfermedad, los huesos no soldaron y ya no crecieron más, quedando su cuerpo deforme en las piernas. Ello le indujo a abandonar el mundo de la aristocracia y a buscar refugio en otro tipo de vida. Así encontramos a una persona no sólo educada y bien formada en el mundillo barriobajero del Moulin Rouge de 1890, donde, además de realizar algunos dibujos y pinturas, Henry se dedica principalmente a alcoholizarse.
Poco tiempo después, iniciada la década de los 90, Henry Toulouse Lautrec ya habrá triunfado socialmente como pintor y el Moulin Rouge pierde su carácter más populachero para convertirse en local de moda donde ya no acude el mismo tipo de público ni las atracciones son las mismas. El pintor también habrá abandonado ese local y sus pinturas - ahora ya no carteles sino telas - muestran casas de citas caras, circos y carreras de caballos.
En la película aparece pues como melodrama principal el del pintor deforme que se siente rechazado para cubrir los sentimientos amorosos. Pero junto a él sólo apuntan pues no se tratan suficientemente otros como el de la compañera de baile de La Goulue, que pocos años más tarde aparece no sólo sumida en la miseria sino también despreciada e incluso perseguida por otras personas que se hallan en análoga situación.
Me ha interesado de la película, y de ello surgen estas líneas, cómo el carácter refinado y de gustos cuidados del pintor vive ese otro mundo que aparece en el Moulin Rouge reflejado por el director de la película en la molestia continua entre las bailarinas y que les lleva a la pelea directa y que varios espectadores aprovechan como "voyeurs" de cuanto su mirada pueda alcanzar bajo las faldas de las "pelanduscas". O en el chulo que en la calle se le acerca por la espalda y le da una palmada en ella mofándose de que hacerlo a un jorobado o un enano da suerte. El pintor tiene la suerte de contar con un taller o vivienda en la que vive con cierto confort sin pasar ni hambre ni frío y pudiendo ahogarse en el alcohol y siendo respetado porque paga.
Centrada la película en su faceta amorosa y melodramática, pasa por alto muchos aspectos que, con mayor desarrollo, podrían ser de interés, tal como la relación de Henry con otros pintores, en especial con Van Gogh, ya que parece que tuvieron una cierta amistad o entendimiento que no llegó a haber con los demás.
« | Desembre 2005 | » | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Dl | Dm | Dc | Dj | Dv | Ds | Dg |
1 | 2 | 3 | 4 | |||
5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 |
12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 |
19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 |
26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 |