fabian | 05 Juny, 2005 16:24
Tarde de domingo. Ciudad vacía. Horas indolentes, lentas, aburridas. Silencio. Por la calle no pasea nadie. Calor. La mente vacía, sin ideas ni esfuerzos. Una leve brisa atraviesa estas persianas llamadas venecianas, que dejan fuera el resol caluroso y la luz excesiva. Vacío aunque ya hayan pasado las horas de la siesta.
Se supone que una gran parte de la población está en la playa. Es un supuesto porque aún hay muchos coches aparcados en las calles. Las ventanas guardan sus interioridades.
Fotografía de Manogamo en Flickr
¿Qué me induce a escribir perezosamente unas líneas? ¿Por qué no dejo pasar las horas sin romper la indolencia de una tarde festiva?
No ha sido la suave brisa, ni las palabras tranquilas de una canción. No. Repentinamente la tarde ha dado un quiebro y lo que eran notas amigables e intrascendentes se han convertido en voces serias, difíciles, chirriantes, rompedoras de la suavidad
Rex tremendae majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
¿Es una pesadilla producida por el calor? ¿Por qué estos coros rompen la apacibilidad? En general, un coro, me hace pensar no en la individualidad del amante o de la amada, sino en un conjunto amplio de personas: un pueblo, una humanidad. La voz y la palabra de un coro siempre me resulta tan inquietante como un clamor. Cantan a un rey de gran (tremenda) majestad, rey que por su gracia (gratis) salva a quienes han de salvarse (salvandos). Y aquí el coro se convierte en súplica. Pero su grito es terrible en todo momento y rompe la apacible tarde: ¡Sálvame, fuente de piedad!
¿Sabes? La apacibilidad de la tarde es como una máscara que oculta demasiadas cosas dolorosas. La playa donde dormitan los turistas no deja ver los sudores de quienes laboran. El dolce - farniente bienestar nos ocuta a quienes sufren en cárceles y hospitales. Pero no importa tampoco realizar dibujos trágicos ajenos pues cada uno tenemos nuestras preocupaciones y problemas que no dejamos asomar a estas ventanas cuyas persianas venecianas permiten ver un exterior que parece dormido y apacible y ocultan interiores en los que la sociedad del bienestar ha perdido su nombre.
« | Juny 2005 | » | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Dl | Dm | Dc | Dj | Dv | Ds | Dg |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | ||
6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 |
13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 |
20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 | 26 |
27 | 28 | 29 | 30 |